La canción pasó casi inadvertida en el vendaval que arrasó a Independiente esta semana, con la renuncia a la presidencia del fugaz Fabián Doman y el caos deportivo, económico e institucional en el que se encuentra el club. Pero la letra ilustraba el contexto y también el hartazgo de la mayoría de la masa societaria que mañana, en el clásico contra Racing, puede estallar: “El Rojo se va a levantar, el Rojo se va a levantar, el día que se vayan todos los hijos de puta del Grupo Champagne”.
Con Hugo Moyano antes, con Doman hasta el martes, y con el presidente interino Néstor Grindetti ahora, el Grupo Champagne siempre está. Por lo general no sale a escena, pero incide y opera en el club desde hace casi una década.
Son ocho integrantes. El apellido más altisonante es el de Cristian Ritondo, exministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y ahora precandidato a gobernador. En 2014, Ritondo integró como vocal la lista que llevó a Moyano a la presidencia de Independiente. Con los años, esa alianza se rompió y empezó a construir una oposición para sacar a quien él mismo había ayudado a poner.
El vaivén de la ilusión al desencanto no es exclusividad de Ritondo. Casi todos los integrantes del Grupo Champagne experimentaron el mismo proceso: Fabio Fernández, extesorero de la gestión Moyano; Carlos Montaña, exvice moyanista, ahora primer vocal y funcionario del Ministerio de Seguridad provincial que encabeza Sergio Berni; Daniel Seoane (actual secretario general del club) y Jorge “Puma” Damiani (secretario deportivo).
Con fuertes críticas al binomio que conformaron Moyano y Héctor “Yoyo” Maldonado, en octubre pasado, el Grupo Champagne apoyó la candidatura de Doman, más allá de que su candidato siempre había sido Fabio Fernández, quien lograba, según ellos, romper la grieta que existía en el club. Sin embargo, Fernández no aceptó, en buena medida por las presiones que recibió durante años, algunas en la puerta de Pertutti, la confitería de la cual es dueño y donde nació el nombre de esta cofradía a la que le fascina tomar las etiquetas más caras de la bebida espumante.
Con Doman en el gobierno, los Champagne siguieron ejerciendo el poder: entre Seoane, Montaña y Damiani cercaron a Doman para arriba, y a Juan Marconi y su grupo novel para abajo.
La relación empezó a tensarse apenas Doman asumió sus funciones por el reparto y los resultados de cada área. La pelea a las piñas entre Damiani y Marconi en enero fue solo una señal –brutal, pero señal al fin– de que la coalición, tal como sucede en el ámbito nacional, había servido para ganar las elecciones pero no para gobernar. Lo dejó claro el renunciante esta semana: “Logramos el objetivo que parecía imposible: sacar a Hugo Moyano y a Yoyo Maldonado del club”. Después de ese triunfo en las urnas, todo empezó a desvanecerse.
Fondos. Una de las quejas del fugaz Doman fue que la lluvia de inversiones que prometió durante la campaña no había llegado. “Grindetti puso a su gente a buscar fondos. Había gente encargada de conseguir los recursos y los recursos no están”, dijo esta semana. Uno de los pocos que sí lo hicieron fue Gustavo Lema, un empresario asociado al turismo carretera y dueño de Jeluz, la fábrica de productos eléctricos que volvió como sponsor a la camiseta de Independiente en los últimos meses.
Sin inyección de dólares, sin dinero en caja para afrontar las obligaciones salariales con la planta de empleados del club y con una serie de reveses judiciales de gran calibre –el fallo a favor de Gonzalo Verón que podría implicarle al club el pago de 2.300 millones de pesos o el reclamo del América de México, validado por la FIFA, para que se salde una deuda de 6 millones de dólares por los pases de Cecilio Domínguez y Silvio Romero son solo la punta del iceberg–, Doman inició el camino de la judicialización que él había prometido que no iba a transitar.
Cuando Doman presentó una denuncia penal contra Moyano por “administración fraudulenta y lavado de activos”, lo que hizo también fue implosionar su relación con el Grupo Champagne: los estaba denunciando también a ellos. “Ese día le soltaron la mano”, le cuenta a PERFIL el referente de una agrupación.
Con la renuncia de Doman, el presidente interino, Grindetti, deberá convocar a una asamblea de representantes para definir al nuevo presidente. En el microclima, asoma como principal candidato Seoane, actual secretario general. Sin embargo, alguien que conoce bien algunos manejos sinuosos del Grupo Champagne advierte que Montaña –primer vocal– podría ser el otro nombre a poner en la presidencia. “Si tienen al presidente y al secretario general, tienen todo el poder”, explica. En el tablero habrá muchos cambios. Mientras tanto, el club mantiene su lenta y sostenida agonía.
Nombres propios
◆ Cristian Ritondo, vocal de Moyano y asesor de Doman.
◆ Gustavo Lema, dueño del sponsor Jeluz
◆ Carlos Montaña, exvice de Moyano y actual vocal.
◆ Jorge Damiani, secretario deportivo en la gestión Moyano y también ahora.
◆ Daniel Seoane, secretario administrativo de Moyano y actual secretario general.
◆ Fabio Fernández, extesorero.
◆ Otros: Adrián Espósito y Sebastián Roqueta.