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Hasta dónde vamos a llegar

La economía a los tumbos crece, pero se desacelera mes a mes. 

Productividad del trabajo y salario en el sector privado.
Productividad del trabajo y salario en el sector privado. | SIPA, AFIP e INDEC

La Fundación Germán Abdala informó que, si bien durante los primeros nueve meses del año la economía se incrementó 5,5% ya en términos mensuales sin estacionalidad, se contrajo -1,2% respecto a agosto y acumula cinco meses de caída. La economía a los tumbos crece, pero se desacelera mes a mes. 

Esta aparente paradoja de crecimiento y desaceleración tiene explicaciones diversas, ensayaremos una. 

Notable generación de empleo que explica el crecimiento por el mayor número de perceptores de ingreso familiar combinada con una pronunciada penuria salarial, que supone bajos niveles de consumo en una economía cuyo crecimiento se explica en un 75% por el consumo doméstico.

El Instituto Cifra/CTA brinda pistas interesantes para desentrañar esta paradoja. 

Aunque con un ritmo de aumento menor que el del empleo total, los asalariados registrados del sector privado crecieron en 2022, y a un ritmo más acelerado que en 2021. Mientras que en todo 2021 su cantidad creció en 200 mil, en sólo siete meses de 2022 aumentó en 186 mil, es decir, un 3,1%.

Sin embargo, el CEPA ya muestra en su último informe que la generación de empleo formal privado también comienza a resentirse. 

Con datos del Ministerio de Trabajo advierte que en el mes de agosto se generaron 6.535 puestos de trabajo registrados en el sector privado, lo cual implica apenas un 0,1% de crecimiento con respecto al mes previo, cuando por caso, en el semestre comprendido entre agosto de 2021 y febrero de 2022, se generaban 20 mil empleos privados por mes. 

Por otra parte, los asalariados no registrados crecen sin cesar y pasaron de ser el 33,3% del total de asalariados en el último trimestre de 2021 al 37,8% en el segundo trimestre de 2022.

Peor aún, a pesar del bajo nivel de desempleo, el ingreso laboral promedio del segundo trimestre de 2022 es 7,7% inferior en su poder de compra respecto del mismo trimestre del 2021. 

Dado que estos ingresos arrastraban ya una pérdida significativa materializada en los dos últimos años del gobierno de Cambiemos, cuando se compara el ingreso real del segundo trimestre de 2022 con el del mismo trimestre de 2017 se advierte una caída de 24,3%. 
Los asalariados registrados también pierden. Entre noviembre de 2021 y julio de 2022 el salario registrado sufrió una caída real de 3,4%; quedando 1,4% por debajo del nivel de diciembre de 2019. 

La pérdida tampoco se corresponde con la productividad laboral, que no para de crecer, mientras el poder adquisitivo del salario no detiene su caída, como se ve en el gráfico.

La capacidad de compra de alimentos del salario promedio registrado en julio de 2022 resultó 6,4% menor que la de diciembre de 2019 y 23,8% inferior a la de diciembre de 2015. 

Por otra parte, el salario mínimo, vital y móvil real entre 2021 y 2022 osciló en un nivel que quedó 30% por debajo del de 2015, cuando es un referente importante para el nivel salarial, incluso de quienes no están registrados.

Las tendencias recientes implican que se consolida el empeoramiento en la distribución del ingreso de las y los trabajadores. En el primer semestre del año en curso, la masa salarial representó el 44,4% del valor agregado bruto, mientras que se ubicaba en el 46,1% en el segundo semestre de 2019 y en el 51,8 al dejar Cristina Kirchner el gobierno.

Ante este deterioro de ingresos, Cifra indica que la incidencia de la pobreza ya es de 38,5% y alcanza a 17,8 millones de personas. A su vez, el porcentaje de indigencia, personas cuyos ingresos no alcanzan siquiera para adquirir la Canasta Básica Alimentaria, fue de 9,4%, el equivalente a 4,3 millones de personas.

Es por este cuadro social patético que Cristina y Massa decidieron otorgar un pago extra de 30 mil pesos a los trabajadores y trabajadoras del Congreso, opción que la mayoría del Frente de Todos quiere generalizar para el sector privado, mientras el Presidente insiste en que “bono sí, suma fija no”. 

Sorprende entonces (pero no mucho) que, en este contexto social dramático y estando alineado con Sergio Massa, el secretario de Programación Económica y gran tuitero, Gabriel Rubinstein, afirme al mejor estilo Rosenkrantz: “Apenas las cosas van bien, los políticos empiezan con que, frente a cada necesidad, nace un derecho y con eso podemos hacer cualquier cosa. Massa cambia la impronta en la dirección correcta, aunque el camino es sinuoso. No sabemos hasta dónde vamos a llegar...” 


Nosotros tampoco, estimados lectores de PERFIL.

 

*Director de Consultora Equis.