COLUMNISTAS
Historia del peronismo

Cristina, un liderazgo inconmovible

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Para comprender la persistencia del liderazgo de Cristina Kirchner es necesario revisitar la historia del peronismo desde sus orígenes, tomando como referencia (debe haber otros), un indicador que juzgamos relevante como es la distribución del ingreso.

El peronismo bautismal de Juan Perón y Eva Perón fundó la Argentina moderna.

El período comprendido entre los años 1946 y 1955 dio forma sin duda a la arquitectura moderna de la sociedad, sostenido en y por un ciclo de ascenso social inédito a punto de que, al ser derrocado Perón en el año 1955, los trabajadores participaban con el 50% de la riqueza total generada.

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Esto supuso un motivo suficiente para que los sectores entonces dominantes propiciaran el golpe de Estado, bombardeando previamente a su propia población civil e inaugurando la ya famosa “grieta” en su versión contemporánea.

Desde entonces la gramática del poder nomina “grieta” a los efectos –políticos, sociales, económicos, jurídicos y culturales– que se producen tras la irrupción de un proyecto popular democrático contra hegemónico. Contrario sensu, bastará entonces que ese proyecto desaparezca para que regrese la “normalidad” hegemónica y se cierre “la grieta”.

Con las manos en la Massa

De hecho, no hubo grieta mientras el sistema de representación política cambiaba de director, pero la orquesta tocaba la misma melodía.

Por caso en el año 1983, tras el breve interregno de Bernardo Grinspun, con la llegada de Juan Vital Sourrouille se produjo el desembarco neoliberal en el gobierno alfonsinista vía los fallidos planes Austral, lanzado en junio de 1985 y el plan Primavera, anunciado en agosto del año 1988, la caída salarial real fue de la mano con la inflación que dejó Raúl Alfonsín en julio de 1989 de 196,63% en el mes.

El peronismo a su tiempo, tras la muerte de Juan Perón y recuperada la democracia produjo dos “renovaciones”.

Una temprana, que terminó con Menem, otra tardía vía Frepaso que ofició de Salieri de De la Rúa. Ambas “renovaciones” trajeron a Domingo Cavallo, el superministro neoliberal que hizo estallar el país en pedazos.

Mientras el sistema político representó intereses socioeconómicos similares, nunca se habló de “grieta”, incluso el peronismo durante su fase menemista se transformó en el partido del ajuste neoliberal en el país.

Hubo que esperar al año 2003, para que un proyecto popular contrahegemónico se desplegara nuevamente bajo el formato peronista tras la salida del extenso ciclo neoliberal de un cuarto de siglo, y con los efectos de la megacrisis del año 2001 aún como contexto.

En este preciso sentido Néstor Carlos Kirchner fue el único y verdadero “renovador” del peronismo tras la muerte de Juan Perón.

Sobre las derrotas épicas

Bajo las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner se reconcilió al peronismo con sus orígenes popular-democráticos y hubo 12 años de gobierno socialmente inclusivo con crecimiento notable, desendeudamiento externo inédito, duplicación de la clase media y, como era obvio, apareció nuevamente “la grieta” que nos acompaña hasta nuestros días.

Y no fue magia. Cuando Cristina deja la Presidencia en 2015 el factor trabajo participaba en la distribución del ingreso en un 51%,8%; participación que descendió con el gobierno de Mauricio Macri y que con este gobierno peronista no pudo mejorar, e incluso empeoró en el año 2021, (de gran recuperación económica bajo la gestión del ex ministro Martín Guzmán y hoy se ubica en el 43,1%).

Así es que entre los años 2016 y 2021 los trabajadores perdieron en participación sobre el ingreso total generado el equivalente a 70 mil millones de dólares, que a contrario sensu, fueron apropiados por el factor capital, según la valorización de Flacso.

Nunca más se volvió a los niveles de distribución del ingreso en favor de los trabajadores como durante los gobiernos de Perón y Cristina Kirchner.

En este sentido preciso ambos liderazgos se imbrican y dan fundamento a su persistencia en el tiempo a pesar de las proscripciones y persecuciones a que fueron sometidos. Es que como reza el refrán popular, “los mejores días fueron peronistas”, estimados lectores de PERFIL.

*Director de Consultora Equis.