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Imagen negativa

Larreta: la caída no para

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Posible error. Haber planteado una campaña capaz de “superar la grieta”. | cedoc

Recientemente, la consultora Proyección realizó una encuesta de 3.200 casos a nivel nacional por método CAWI que determinó que la imagen de Horacio Rodríguez Larreta está en sus mínimos históricos, con predominio de imagen negativa.

En efecto, el jefe de Gobierno de CABA distribuye hoy su imagen en:

- Muy positiva, 7,9% 

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- Positiva, 15,1%

- Regular positiva, 19,7% 

- Regular negativa, 12,5% 

- Negativa, 14,2% 

- Muy negativa, 21% 

- Desconocimiento, 9,5%

¿Qué sucedió para que el prematuro candidato “natural” a presidente por la coalición opositora pasara del 70% de imagen positiva en épocas del trío pandemia, que junto al presidente Fernández y el gobernador Axel Kicillof participara de 12 cadenas nacionales, a este calamitoso 47,7% de imagen negativa en sus diversas variantes?

Muchas son las explicaciones concurrentes. La aparición de Javier Milei, que desplazó toda la agenda pública a la derecha, en particular la de la coalición opositora, reforzando las posiciones de los “halcones”, en especial la figura de Mauricio Macri, que ganó firmemente centralidad tras dos años de silencio. 

Otra de las razones es el agotamiento del perfil de gran gestor que el alcalde de CABA supo cosechar. La Ciudad Autónoma, tras casi 15 años de gestión PRO, se manifiesta hoy como un conglomerado heterogéneo donde conviven realidades diversas, sin que las políticas públicas del gobierno local hagan nada por revertirlas. De acuerdo al último informe del Centro de Estudios Metropolitanos, CABA (4° trimestre 2021) muestra niveles de pobreza e indigencia similares a los de la prepandemia. La pobreza alcanza al 21,6% de las personas y al 15,6% de los hogares de la Ciudad.

El porcentaje de hogares bajo la línea de indigencia es del 4,1% (186 mil personas). Si consideramos la zona geográfica, se observan diferencias notables en la zona sur de la Ciudad, donde la indigencia en hogares asciende al 7,6%, un nivel similar al del conurbano bonaerense (que se ubica en el 8%).

En cuanto a la vivienda, las brechas entre las diferentes zonas dan cuenta de una problemática que, a pesar de los reiterados anuncios oficiales, lejos está de ser resuelta y expresa una de las carencias principales para un importante sector de la población. El 7,5% de la población de la Ciudad de Buenos Aires (230 mil personas) habita en viviendas ubicadas en villas de emergencia, acentuándose esta situación en la Comuna 8, donde el 31% de su población vive en una villa.

Los datos disponibles muestran que en la Ciudad de Buenos Aires el 12% de los niñxs y adolescentes en edad escolar no tiene computadora en sus casas, situación que se agrava en las zonas más pobres llegando al 27,3% en las comunas de la zona sur y al 43,8% en las villas (ODSA, UCA).

En cuanto al nivel educativo de la población, al igual que en otros indicadores presentados, se observan diferencias significativas según la zona de la Ciudad. 

Mientras que en la zona sur el 29% de la población mayor de 25 años no finalizó el secundario, en la zona norte solo el 6% se encuentra en esa situación

Sin embargo, al observar las erogaciones presupuestarias del Gobierno de la Ciudad destinadas a áreas sociales como Desarrollo Social, Vivienda y Educación, cuya caída mereció la crítica incluso de Facundo Manes, se observa una marcada subejecución del presupuesto asignado durante el primer trimestre de 2022.

La sola mención de indicadores sociales similares a los del Conurbano en la Ciudad más rica del país hace reflexionar sobre la calidad de la gestión local, más sabiendo que para ocultarla el Gobierno de la Ciudad destina 8 millones de pesos diarios en publicidad.

Pero hay una causa aún más notable que explica la caída a pique de la popularidad de Larreta, y es su error conceptual que desconoce la evidencia: haber planteado una campaña capaz de “superar la grieta” y marchar por la amplia avenida del medio, en el exacto momento en que en el país y la región domina la polarización, más allá de la voluntad de los dirigentes. 

Como señala Alfredo Serrano Mancilla, de Celag: “El desafío hoy es no caer en la idea de un ‘centro’ como espacio predominante. Porque si se acepta –como lo defienden las ‘usinas fanáticas centristas’, como les llama Stiglitz–, cometeríamos un error epistemológico imperdonable: asumir que se gobierna en un país, pero la gente vive en otro.

”En este sentido, quien no se equivoca es el presidente AMLO en México; logró una histórica votación en 2018 sin acudir al centro y polarizando contra un modelo injusto y caduco. En Bolivia, tanto con Evo como ahora con Luis Arce, lo mismo: el eterno intento de centro de Carlos Mesa siempre quedó lejos de la mayoría. En Perú, las opciones de centro no pasaron a segunda vuelta (ni Guzmán ni Forsyth ni De Soto).

”En Chile tampoco (ni Parisi ni Provoste). En Ecuador, lo mismo (ni Hervás ni Yaku). Y en Colombia, el centro (por la Esperanza) fue el espacio político menos votado en la consulta que tuvo lugar el pasado mes de marzo. Gustavo Petro, por el contrario, sin buscar el centro, logró una votación récord para la izquierda con una clara propuesta y es el presidente de Colombia.

”Este fenómeno podría servir como advertencia para lo que pueda pasar en Brasil –en las elecciones presidenciales de octubre– y también en Argentina, de cara al próximo año. Es decir, caer en la trampa de querer buscar un centro que no existe”. Larreta cayó en la trampa epistemológica, y así le va.

*Director de Consultora Equis.