COLUMNISTAS
testamentos

La Lugones

Hoy, 13 de junio, se celebra en la Argentina el “Día del Escritor”, en el aniversario del nacimiento de Leopoldo Lugones, que se suicidó en 1938 en las islas del Tigre, en un lugar llamado El Tropezón.

|

Hoy, 13 de junio, se celebra en la Argentina el “Día del Escritor”, en el aniversario del nacimiento de Leopoldo Lugones, que se suicidó en 1938 en las islas del Tigre, en un lugar llamado El Tropezón. El lugar sigue existiendo, es un recreo bastante melancólico; de hecho ahora a todos los turistas que se quedan a dormir, por las dudas, se les cobra siempre por adelantado. Lugones tomó cianuro y dejó una nota que decía entre otras cosas: “Prohíbo que se le dé mi nombre a ningún sitio público”. Pero no le hicieron caso. Lo convirtieron en autopista. La gente dice: “Agarrá por la Lugones”. Millones de personas saben qué es “la Lugones”, pero no saben quién es Lugones. Se suele decir que los poetas son vates, adivinos; quizá Lugones presintió el extraño destino de su nombre y lo quiso evitar. Porque Borges, por ejemplo, tuvo más suerte, se convirtió en centro cultural, “El Borges”; “¿viste la muestra en el Borges”, dice la gente. Pero La Lugones parece una tomadura de pelo para hacerlo dar vueltas en la tumba. Es sorprendente lo seguro que Lugones estaba de que algún uso póstumo de su nombre se iba a hacer. De lo contrario podría haber sido un papelón. Dejar una nota que diga prohíbo que se le ponga mi nombre a ningún sitio público, y que a nadie se le ocurriera semejante idea... De hecho podría ser un buen chiste para que lo haga un desconocido total, que deje una nota así en la mesa de luz. Estaría después la familia confundida, leyendo el papelito. Un gran chiste de despedida, a lo Groucho Marx. Pero quizá no le hacía falta ser vanidoso a Lugones para saber que eso iba a suceder. El sabía que era considerado el gran poeta nacional, los teatros se llenaban cada vez que daba un discurso, su opinión tenía incidencias políticas, es decir que al momento de escribir esa nota seguramente estaba mirando las cosas desde esa perspectiva, la del gran hombre público que era. De todas formas hoy los versos que dejó escritos son (o deberían ser) lo más importante, por encima de las vanidades eternas y las autopistas actuales y la mampostería poética de su tiempo.