COLUMNISTAS
Defensor de los Lectores

Las cartas de los lectores no siempre son de líneas diversas

Perfil
. | CEDOC

En el Correo del domingo 2 fue incluida una carta del lector Gabriel Wolf, insistente crítico de las publicaciones de este diario en general y del ombudsman en particular. En este caso, debo ponerme el sayo porque su mail compara el tenor de las cartas editadas en la semana anterior con lo que él caracteriza como “composición tema ‘antikirchnerismo’”. Decía el señor Wolf que seis de las ocho misivas publicadas contienen comentarios adversos a distintos hechos que involucran al Gobierno o al kirchnerismo en particular y que las dos restantes tocan otros temas.

Hasta ahí, es una mera enunciación de certezas. Pero a continuación viene el palo: “Llamativamente, en su columna del mismo día, el Defensor de los Lectores hace hincapié sobre el tema de la credibilidad del periodismo, expresando textualmente: ‘… se respeta la diversidad de posturas…’ y ‘… los lectores de PERFIL saben que pueden confiar en quienes aquí escriben’, además de ‘… tomar partido aleja del periodismo a quienes pretenden ejercerlo…’. ¿No es paradojal, contradictorio e inclinado lo publicado en la sección con, justamente, su postura editorial, donde titula ‘Menos militancia y más respeto por los valores del periodismo’?”.

Quiero aclararle al lector:

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La sección Cartas a PERFIL está abierta a buena parte de los mails que envían los lectores, no tantos como este ombudsman quisiera ni variados en cuanto a las posturas de quienes escriben. Son en verdad muchas las cartas que llegan, decenas cada semana y a veces más, pero en su gran mayoría restan impublicables porque exceden en demasía el límite de caracteres, porque son enviadas también a otros medios, porque contienen términos agresivos, injuriosos o comprometidos con la defensa de intereses políticos, económicos o –peor aún– alejados de la defensa de valores ya incorporados a la línea editorial de este diario, tales como los derechos humanos, la paz, el diálogo, etc. Así, la selección del Correo cada semana se decide por la variedad, por la importancia, por la diversidad (en lo posible). Cierto es que el domingo pasado esa diversidad resultó limitada, pero no por elección de este ombudsman sino por las cualidades de los textos. Debo explicar a los lectores de este diario –en particular al señor Wolf– que no suelen ser mayoritarias las cartas con elogios al actual gobierno o al sector del peronismo que lidera la señora vicepresidenta junto a su hijo. Por el contrario: los lectores de PERFIL no parecen favorables, en general, a las posturas de estos sino todo lo contrario. 

Sería muy satisfactorio y positivo que hubiera en el Correo mayor diversidad de opiniones y posturas acerca de todos los temas. No sucede así, y ratifico lo publicado por mí en estas columnas una y otra vez: el periodista debe cumplir su función con la mayor lejanía del poder, debe hacerlo con la mayor cercanía con la verdad, debe defender la buena información, proteger sus fuentes y servir de mera correa de transmisión entre lo que sucede y los lectores, evitando el protagonismo al que nos tienen ya acostumbrados otros medios, en particular los electrónicos. He sido crítico del periodismo militante, de los comunicadores que asumen –a uno y otro lado de la grieta– posturas extremas a favor de opciones políticas, económicas, religiosas y aun deportivas. Aunque no creo en un periodismo ascético, impoluto, carente del alma que aporta lo que cada periodista piensa y en lo que cree, insisto en la necesidad de que quienes ejercen este oficio lo hagan con seriedad, sin ampulosas defensas de intereses por encima de la información.

Otra cosa es lo que contienen las columnas de opinión (las cartas de los lectores no lo son), acerca de las cuales rara vez hago comentarios porque lo que se edita responde a una política editorial diversa que sí defiendo y respaldo.

Espero que el lector Wolf quede conforme con mi respuesta a su inquietud.