Desde 2011, el Nieman Lab de la Universidad de Harvard hace sus famosas predicciones sobre el periodismo. Y nos dejan siempre una sensación ambigua: ¿la revolución en el periodismo es rápida o lenta?
Hace rato se dio por muerto el modelo de publicidad tradicional para financiar al periodismo y también a los diarios impresos, pero todavía dan lucha y tienen vigencia. Otros cambios son veloces, como el tipo de consumo de las audiencias. De hecho, ya no hablamos de hábitos informativos porque un hábito es algo que se hace con cierta rutina. Pero nuestros cambios de consumo tienen una volatilidad extrema.
No es serio predecir qué hará la inteligencia artificial con el periodismo, pero sí se pueden predecir cinco cosas. Y tener claro que lo que sí va a pasar limita la neblina del futuro.
Esta semana se entregaron los Premios Perfil a dos periodistas. A nivel internacional, el premio lo recibió Martin Baron, el gran editor estadounidense, protagonista de la película Spotlight, y a nivel local, se reconoció al legendario Jacobo Timerman, editor del diario La Opinión (1971-1977), fallecido en 1999. Recibió el premio en su nombre quien fue su mano derecha en la administración de ese diario, Abrasha Rotenberg. Ambos editores premiados son claves para entender las predicciones del futuro.
Primera predicción. Lo más importante es que, en 2026, en el periodismo va a seguir mandando la información, no las plataformas. La atención vuela rápido hacia donde están las novedades y estas las logran los mejores cazadores de noticias. Las redacciones líderes serán aquellas en las que sus periodistas tengan esa vocación más afilada.
Hay también un talento clave de los editores: leer la historia mientras ocurre. Saber entender el momento actual en una perspectiva de mediano y largo plazo. Baron y Timerman siguen inspirando porque supieron leer su época, distinguiendo lo banal de lo importante. Eso no es fácil en un presente siempre confuso. Quienes aciertan, como Baron y Timerman, quedan en la historia. Los otros pasan a ese infinito cementerio del olvido que es la fugaz fama periodística.
Es difícil recordar una nota, un video, un programa de radio. El periodismo es fugaz, excepto cuando un periodista ensambla ese instante con la historia. Esas son las notas, imágenes y videos icónicos. La pregunta del periodista José Ignacio López, en diciembre de 1979, en una conferencia de prensa en la Casa Rosada, fue una de decenas que se le hicieron al general Jorge Rafael Videla. Pero solo esa fue histórica, pues unió ese momento con el sentido de largo plazo.
Segunda predicción. La información de interés público suele ser brócoli. El brócoli es sano, hay que comerlo, los médicos lo recomiendan, pero es escasa la pasión por el brócoli.
Lo mismo pasa con la información de interés público. Es lo que se ha llamado periodismo brócoli. La ciudadanía necesita tener buena información y proveerla es la gran justificación del periodismo en todo el mundo democrático. En gran medida, las Constituciones buscan preservar esa función proveedora.
Pero como ciudadanos no estamos ansiosos por la información de interés público; nos aburre, más allá de algunos momentos críticos. Hay cosas más entretenidas que buscar y recibir esa información. Por eso, el periodismo ha tenido la necesidad histórica de generar las estructuras de atención para difundir esa información de interés público. Entretener es una necesidad profesional y cívica. Por ejemplo, en el siglo XIX la publicación de novelas en entregas en los diarios servía para atraer a los lectores a la opinión que publicaban. En 2026 los periodistas se tendrán que esforzar para lograr esa atención y la gran deuda pendiente es el ingreso con más fuerza a TikTok.
Tercera predicción. Seguirá siendo clave la calidad de los directivos. No me refiero a su capacidad de escribir o de ser confiables para una fuente sensible, sino en las tres dimensiones decisivas de ese rol: su pericia para la sustentabilidad económica, su respeto a los periodistas que trabajan en la redacción y su compromiso cívico.
Pero en Argentina el elenco de dueños de medios se enrareció. Como el mercado abandonó al periodismo, muchos de los nuevos ingresantes en medios lo hacen con fines antiperiodísticos. En esas redacciones, algunos periodistas resisten como pueden a las crecientes presiones pero el horizonte no es favorable.
Esa tensión no es nueva. La propia carrera de Jacobo Timerman se basó en lograr inversores para sus medios: la empresa Peugeot para la revista Primera Plana, la empresa de aviación Austral para su segunda revista, Confirmado, y el banquero entonces ascendente David Graiver para el diario La Opinión. A esa habilidad la combinó con el talento de crear redacciones –que son comunidades de intelectuales– que aprovecharon al máximo los márgenes de autonomía de la época para hacer periodismo.
En Estados Unidos, la agresividad de Donald Trump también cambia el mapa de dueños. Está en jaque un programa clave, 60 Minutes. La empresa propietaria del canal que lo emite, CBS, fue comprada por un amigo de Trump y este presiona para controlar sus contenidos. Los profesionales resisten por el concepto de “pared de la vergüenza profesional”: no hay un periodista que cruce esa línea porque terminaría con su carrera.
Una periodista de 60 Minutes envió un email interno contando que no fue emitida su nota sobre el maltrato a deportados venezolanos a las cárceles de El Salvador. El argumento censor fue que no había voz oficial, aunque la periodista aclaró que el gobierno evitó responder.
“Su negativa a ser entrevistados es una maniobra táctica diseñada para matar la historia”, dijo la periodista Sharyn Alfonsi.
Trump “es un experto en identificar puntos de presión”, como dice Brian Stetler, redactor de un recomendable newsletter sobre periodismo, Reliable Sources. Parece que a cada medio lo presiona en forma especial.
Pero en este ecosistema esa censura genera el efecto inverso (se suele llamar Efecto Streisand, preguntale a la IA y te lo explica perfecto). Eso es bueno porque desalienta, por lo menos, estas formas de censura tradicional. Muchas veces actuamos con marcos de acción originados en mundos ya muertos, y en este caso la censura corporativa cayó en esa trampa. Esa nota de 60 Minutes no fue silenciada, se hizo célebre.
Cuarta predicción. Los ciclos de las noticias se van a acelerar. En la historia las noticias son cada vez más veloces y su vida es más corta. Cada nueva plataforma agrega más vértigo al concepto de actualidad. El tiempo se acelera y nuestra insatisfacción vital con esa urgencia será creciente.
Quinta predicción. Este defensor se tomará inmerecidas vacaciones durante enero.
Feliz 2026 para todos y todas.