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Massa lo hizo

Ministro candidato. Massa, cuando presidía Diputados, con Milei.
ministro candidato. Massa, cuando presidía Diputados, con Milei. | Cedoc

Desde hace meses se vino sosteniendo que para las PASO presidenciales en todos aquellos lugares donde Milei no alcanzase a tener fiscales electorales, ese papel lo cumplirían los propios fiscales del peronismo cuidando que no faltasen boletas de La Libertad Avanza para que esos votos no fueran a Juntos por el Cambio. Que Milei hiciera una mejor elección en todas las provincias donde ya se había desdoblado la elección para la autoridades locales, y no así donde el peronismo se estaba jugando su propio distrito, alentaría esa especulación. También hubo versiones, nunca confirmadas, de que ante la falta de candidatos para cubrir todas las posiciones en las listas de La Libertad Avanza habría habido candidatos cercanos al Frente Renovador ocupando esas posiciones.

El peronismo sería el malo conocido; el libertario sería una incógnita por conocer

Pero el título de esta columna, “Massa lo hizo”, no se refiere a nada de lo anterior sino a otra conjetura: que la desordenada devaluación, pésimamente comunicada, agregando males a los propios de la situación y creando una sensación de caos y anomia en la mayoría de los agentes económicos, sería parte de la estrategia electoral de Massa tratando de repetir la remontada que tuvo Mauricio Macri tras la derrota en las PASO de agosto de 2019, donde obtuvo solo el 31,8% de los votos para recuperarse en las elecciones generales de octubre y alcanzar casi el 41% de los votos, en gran medida por el temor que generó en muchos de quienes no lo habían votado ver anticipadamente las consecuencias que generaba un triunfo del peronismo: devaluación del dólar, caída de los bonos y activos argentinos y aumento de la inflación, lo que independientemente de las proporciones, se generó este lunes tras el triunfo de Milei.

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Roberto Cachanosky dijo que no resultaba lógico que el mercado reaccionara negativamente por el triunfo de alguien más promercado. Quizá la reacción también fue producida por la devaluación que, en el caso de las PASO 2023, fue una decisión del ministro de Economía mientras que en la de las PASO de 2019, cuando Macri salió derrotado, la devaluación la produjo primero el mercado, antes de que hubiera cepo y mercado cambiario no unificado. 

El lunes posterior a las PASO de 2019 el dólar pasó de 46,55 a 57,30 pesos, devaluándose nuestra moneda el 23%, casi lo mismo que Massa dispuso el lunes posterior a las PASO de 2023. Coincidencias de un país alterado.

El efecto contagio y la espiralización que genera una mala noticia en un contexto económico de incertidumbre son explicados en la teoría de sistemas por “el efecto mariposa” del matemático Edward Lorenz, pionero en la teoría del caos: “En un sistema no determinista, pequeños cambios pueden conducir a consecuencias totalmente divergentes, donde una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, puede generar un efecto considerable a mediano y corto plazo”.

Casi medio siglo antes, el economista Frank Knight, fundador de la Escuela de Chicago, escribió su célebre tesis “Riesgo, incertidumbre y beneficio”, donde expuso que el riesgo es aleatoriedad con probabilidades conocidas mientras que la incertidumbre es aleatoriedad con probabilidades desconocidas. El riesgo se puede reducir a una probabilidad de ocurrencia, que es lo que hacen las empresas de seguros y el papel de los empresarios como tomadores de riesgo en sus inversiones y acciones. Pero la incertidumbre es irreductible. Por eso, frente a ella, los empresarios se paralizan, sobreactúan, los comerciantes entran en pánico y se genera el efecto mariposa de Edward Lorenz, inspirado en el bello proverbio chino que prescribe: “El aleteo de una mariposa se puede sentir del otro lado del mundo”.

Volviendo a Massa, sería algo así como si hubiera dicho: “¿Quieren a Javier Milei? Muy bien, miren las consecuencias que genera el solo hecho de que pueda ser presidente”.

¿Cristina lo hizo? Otra de las conjeturas en la teórica competencia sobre quién de los dos fuma mejor bajo el agua, es que fue la expresidenta y no el ministro de Economía quien contribuyó a darle impulso a la candidatura de Milei bajo la suposición de que un eventual triunfo de Massa, por su carácter distinto al de Alberto Fernández, la pasaría a ella a retiro (y la enviaría aún más rápido a prisión domiciliaria), mientras que un triunfo de Milei, en la presunción de que un gobierno libertario durara poco tiempo, menos aún que los 17 meses del presidente de Perú Pedro Castillo al intentar cerrar el Congreso, permitiría el regreso del kirchnerismo como garante de la gobernabilidad, con ella como una especie de Nelson Mandela regresando como víctima y, a la vez, salvadora nacional.

Incertidumbre es siempre peor que malo. El riesgo es mensurable, no así la incertidumbre

Epílogo. En este punto, tienen algo en común los políticos con los emprendedores. El economista Frank Knight, en su tesis “Riesgo, incertidumbre y beneficio”, no solo explicó el carácter objetivo del riesgo, lo que lo hace susceptible de ser mensurado e incluido como parte de los costos del producto, y a la inversa, la incertidumbre, que al ser subjetiva hace su condición no previsible, sino que así justificaba el beneficio obtenido por los emprendedores, que asumen contingencias inmensurables, y el papel social que ellos cumplen como buffers y amortiguadores del conjunto de los agentes económicos frente a lo imprevisible. Sergio Massa, Cristina Kirchner, Javier Milei, Mauricio Macri y ahora Patricia Bullrich apuestan sobre un magma donde nada es asegurable y, probablemente, esa condición sea la que les despierta más aún el deseo de apostar, cuando los seres humanos normales sienten un vértigo paralizante.

 

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