En abril de 2017 un grupo de violentos intentó entrar en la residencia oficial de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, en una casa donde estaba la actual vicepresidenta Cristina Kirchner junto a tres mujeres más y un bebé. Los violentos cortaron un nicho de gas y presionaron la puerta de la casa, frente a la cual las mujeres, sin protección, pusieron un mueble. No hubo represión de la protesta. Tampoco condena enérgica de los habituales voceros de la República y el diálogo político. Pero ya se avizoraba la violencia contra las mujeres que alzan la voz. La etapa que inauguró el “viva el cáncer“ no está cerrada. Sigue con el “maten a esa yegua“ que interceptó el helicóptero oficial en 2009 y los ataques cotidianos de parte de la prensa hegemónica y machista (hija del Proceso), que no tiene o no sabe construir argumentos. Solo descargar el odio hacia una figura.
Paola Vessvessian fue encerrada en el Ministerio de Desarrollo Social. Chachi Velázquez estuvo encerrada semanas enteras en el Consejo Provincial de Educación. Estos hechos contra mujeres recuerdan que la violencia política y patriarcal (según Perlongher esta violencia heteronormativa viene del Proceso), viene siendo instigada hace mucho tiempo y no encuentra en los medios masivos de la democracia... el coto que debería en una sociedad que apuesta (o dice apostar) por la discusión de ideas. Tenemos que encontrar un piso más alto de seriedad y valores. Hoy el piso de la discusión mediática y política es muy bajo. Esa bajeza mediática y política es una precondición de la violencia. Levantar el nivel del debate es una forma de apostar por las instituciones.
El atentado a la vicepresidenta, Cristina Fernández, es grave y no es un hecho aislado
El atentado a Cristina es grave y no es un hecho aislado. Es parte de una cadena mediada de discursos que incitan al odio hace décadas. La doctrina de la autoría mediada que tanto le gusta citar a Roberto Gargarella bien puede encontrar en los discursos del odio un ejemplo. Sorprende la lentitud de la Justicia para convocar a declarar a quienes financiaron a neonazis para entregar muebles que nunca produjeron. Sorprende porque es la misma Justicia que tiene que citar a los mismos personajes (Caputo), en una causa muy importante para la Argentina: la causa por la criminal deuda externa que contrajo el gobierno de Macri, a través de personajes que vienen del mundo financiero y la evasión fiscal, como Caputo.
Sorprende e indigna que por cualquier pavada, muchos ex funcionarios son llamados a declarar todos los días. Pero quienes contrajeron la peor deuda de la historia argentina y la mayor del FMI, no han sido llamados aún a indagatoria. La Justicia en la Argentina tiene aún muchas respuestas que dar y no está dando. Su lentitud en algunos casos es pasmosa. Gran parte del desastre argentino se debe a que el Poder Judicial no está cumpliendo con su mandato. Mientras tanto, otros magistrados no dan muestra de ningún decoro y salen en plena audiencia tomando un mate con el logo de Liverpool, en abierto prevaricato, sin cuidar las formas del decoro y la imparcialidad, haciendo referencia a un equipo de fútbol que jugaba en la quinta de Macri.
Cabría preguntarse qué pasaría si un juez y un fiscal que debieran investigar algún acto del gobierno de Macri fueran vistos antes o durante el juicio jugando al fútbol en una quinta de Cristina (o aparecieran con mates peronistas), ¿qué dirían los medios? Que son jueces y fiscales “adictos“, “militantes“, que no tienen ninguna imparcialidad. Que ya prejuzgaron. No se entiende por qué se tolera tanta falta de seriedad e imparcialidad (y tanta ignorancia del fiscal Luciani en materia de derecho público provincial) cuando se está juzgando a la vicepresidenta por un delito inconstitucional como es la asociación ilícita. Nuestra Justicia tiene un largo camino por recorrer. Hoy no tenemos un Poder Judicial serio ni independiente. No existe en la Argentina la igualdad ante la ley. Algunos evaden millones en cuentas offshore sin declarar o toman deudas externas sin cumplir ningún procedimiento administrativo básico, salteando al Congreso y no son, por tamaño desastre, siquiera llamados a declarar por la Justicia. Pero al pueblo argentino le haría muy bien escuchar a los ex funcionarios explicar dónde fue y por qué se tomó semejante deuda. Cuál era el plan que tenían. Además de financiar a Morel.
*Escuela del Cuerpo de Abogados y Abogadas del Estado (Ecae).