Oficialismo y oposición comparten una inquietud, revelada en la selección de candidatos a las principales fórmulas que competirán en las elecciones: la necesidad de consolidar el espacio de los votos estimados propios antes que la conquista del más indescifrable universo de los indecisos. Con esa prioridad de guía, es lógico que los resultados preliminares de los estudios que intentan analizar su impacto en la opinión pública estén adelantando la profundización del efecto de polarización electoral entre el kirchnerismo y Cambiemos.
Una mala noticia para quienes alientan la posibilidad de constituir una alternativa a esos dos polos, convertidos en una amenaza de estrangulamiento a esa estrategia. Un dato seguramente conocido por Cristina Fernández de Kirchner desde hace por lo menos dos semanas. Es decir, cuando postuló para la Presidencia a Alberto Fernández. La dificultad de La Cámpora para procesar esa nominación es el límite más importante impuesto al ex jefe del Gabinete para llevar adelante el proceso de apertura hacia los desencantados del kirchnerismo. Entre ellos, la mayoría de los intendentes peronistas del Conurbano.
Notificaciones. Martín Insaurralde pagó el precio al intento de aprovechar esa contradicción para filtrar la insatisfacción con el ex ministro de Economía y la intendente de La Matanza que, en su especulación, quebraría los frágiles puentes que comunican a los sectores medios con los municipios que controlan. Con el acto del 25 de Mayo en Merlo, Cristina resolvió sofocar ese movimiento. A excepción de Mario Secco (Ensenada) y Jorge Ferraresi (Avellaneda), se notificó a los intendentes que estaban inhibidos de asistir con simpatizantes. El mitin fue capitalizado por La Cámpora que dedicó un tibio aplauso al resto cuando fueron mencionados.
Las 10 frases de Sergio Massa en el Congreso del Frente Renovador
Los acontecimientos se precipitaron el 28. La ex presidenta citó a Insaurralde en el Instituto Patria para que anuncie la confirmación de Kicillof-Magario, casi en simultáneo con las gestiones que Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta efectuaban con Sergio Massa para persuadirlo de librar una PASO con Fernández. Los intendentes de San Martín y de Hurlingham lo conocen por la frustrada experiencia de Florencio Randazzo, de quien fue jefe de campaña en 2017. En 2015, lo había sido de Massa.
Lobby. Fernández padeció el lobby de Felipe Solá para evitar la llegada del líder del Frente Renovador. Es que el ex gobernador tiene asegurado el primer lugar de la lista de diputados nacionales bonaerenses y la promesa que esta vez no se repetiría la experiencia del 2007, cuando el acuerdo con Néstor Kirchner para ocupar la presidencia de esa Cámara quedó en la nada y el cargo fue ocupado por el jujeño Eduardo Fellner.
Con ese antecedente, la inquietud de Solá es lógica. Massa fue tentado con el lugar que debería ocupar el ex gobernador bonaerense. Alberto solicitó esperar hasta el cierre de listas antes de insistir con los gestos de autonomía política que le reclama el sector de dirigentes moderados del kirchnerismo. Solá es uno de ellos. Compartió este fin de semana la visita de Fernández a José Mugica en su chacra del Uruguay.
El Congreso del Frente Renovador que anteayer otorgó a Massa plenas facultades para negociar alianzas electorales, quedó teñido por el curso accidentado de esa negociación que ahora intenta enderezar Juan José Alvarez. La misión que tiene por delante el ex secretario de Seguridad es compleja. La instancia más difícil es reanimar una PASO presidencial entre Massa y Fernández. Casi lo mismo que la inclusión en las listas de los 15 diputados nacionales que precisan renovar mandato si, como se presume, aquella instancia será descartada este fin de semana.
El piso del que arranca es muy bajo: la oferta es de solo dos lugares, con la condición que ninguno de ellos sea ocupado por Graciela Camaño, jefa de la bancada del Frente Renovador. Desde el 29, Massa solicita al kirchnerismo una generosidad que no llega y que, tal vez, haya torcido la decisión original de Camaño de no asistir al Congreso del Frente Renovador. En su discurso tildó de “energúmeno” a Mauricio Macri, pero advirtió que si era Presidente se debía a que “alguien había hecho las cosas muy mal.” Saludos cifrados a Cristina.
La oferta K a Massa es de solo dos lugares, con la condición que ninguno de ellos sea ocupado por Graciela Camaño.
Previsión. Luis Barrionuevo, su esposo, tiene resuelto sostener a Roberto Lavagna por si Camaño no consigue lugar para renovar de diputada. A la generosidad del gastronómico se atribuye el alquiler de las nuevas oficinas del economista en el microcentro. ¿Insistirán Margarita Stolbizer y Miguel Lifchtiz con respaldar su candidatura presidencial? El gobernador de Santa Fe está en una encrucijada para retener la provincia. Carece de un alineamiento con un candidato presidencial que le garantice una ventaja holgada a Antonio Bonfatti contra Omar Perotti en las elecciones del 16 de junio.
Radicales. Pese a las críticas de Alfredo Cornejo a Macri, parece inevitable que la UCR respalde su reelección. El resultado menos visible de la Convención Nacional es el regreso protagónico de Ernesto Sanz, el preferido de la Casa Rosada si el PRO resuelve habilitar a un radical en la fórmula. El mendocino podría suturar varias heridas. Ranquea entre las más importantes la que está abierta con el círculo rojo.
Y recogería el respaldo de la cúpula de su partido. A excepción de Enrique “Coti” Nosiglia, el gran ausente de la Convención y uno de los que atizó la rebeldía en ella de Ricardo Alfonsín, Federico Storani, Juan Manuel Casella y César Martucci. Definido por alguno de sus detractores como “un piromaníaco que brinda servicios de extinción de incendios”, Nosiglia viajó a Europa, quizás previendo el resultado. Lo mismo que Juan Schiaretti. La parsimonia de sus acciones tras ser reelecto facilitó que Cristina aborte la expansión de Alternativa Federal con la candidatura de Fernández.
Es probable que a su regreso de Montevideo el lunes, comience el operativo para privar a Massa de los pocos intendentes que le responden. No será necesario con Julio Zamora de Tigre. Se entrevistó ayer con Alberto. Tal vez el más persuadido de que en esta instancia no hay lugar para posiciones débiles.