La llegada de Arturo Valenzuela a la Subsecretaría del Departamento de Estado para América latina, implica ante todo, una visión más sudamericana en la política regional.
A ello, agrega que es el primer funcionario de Estados Unidos de esta envergadura que inicia sus viajes por la región con el Mercosur, ya que en esta gira pasa por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.
Por lo general, la política latinoamericana de Washington ha estado dominada por los grupos hispanos de origen mexicano y cubano por la sencilla razón de que estas comunidades gravitan electoralmente y crecen cada día más desde el punto de vista demográfico.
Cabe recordar que en una elección en EE.UU. votan más latinos de origen salvadoreño que brasileño.
En el caso de Valenzuela, tanto por origen, como por interés y dedicación, conoce bien América del Sur, lo que no siempre sucede con quienes tienen a su cargo la política hacia la región desde Washington.
Comenzó la gira por Brasil, cuya relación bilateral con EE.UU. pasaba por un momento de cierto enfriamiento. En sus encuentros con el ministro de Defensa (Jobim) y con el asesor de Lula en política exterior (García), logró encontrar coincidencias en aspectos de la crisis hondureña, un tema que enfrenta regionalmente a Washington y Brasilia, las que se hicieron públicas.
La presidenta Cristina Kirchner, siempre recibió al subsecretario para América latina de George Bush, Thomas Shannon. Lo hacía, aunque la imagen positiva del presidente de EE.UU. en Argentina era de sólo seis por ciento. Barack Obama tiene un apoyo en el país que, de acuerdo con los sondeos, supera 50%.
Pese a ello, la Presidenta argentina decidió semanas atrás no recibir a Valenzuela, como sí lo hacía con su predecesor.
La causa de esta actitud política no parece clara. La visita que Obama realizaría a América del Sur en 2010 será clave en la política del Departamento de Estado que da mayor relevancia a esta subregión.
Está definido que el presidente de EE.UU. vendrá a Brasil, el primer país de la subregión, que es la mitad de ella en términos de PBI, población y territorio y además el único país latinoamericano con vocación de actor global al estilo de China, India y Rusia y a Chile, que es el modelo para América latina en la óptica de Washington.
Es una prioridad para el Gobierno argentino en su relación con EE.UU. lograr que Obama en su posible gira por America del Sur en 2010 (hasta ahora no tiene previsto pasar por Buenos Aires), incluya a Argentina.
Valenzuela es el interlocutor clave para alcanzar este objetivo, que debe remontar la mala impresión que dejó en los anales del Departamento de Estado la actitud del presidente Néstor Kirchner frente a su colega norteamericano, George W. Bush, en la IV Cumbre de las Américas realizada en Mar del Plata. Pese a ello, la visita del nuevo subsecretario para América latina, que es una oportunidad para que Argentina mejore su diálogo y relación bilateral con EE.UU., fue desperdiciada sin que esté claro muy bien el por qué.
El visitante se limitó a comentar que había recibido de empresarios de su país, reclamos por la seguridad jurídica. No se trata de algo nuevo y además, es constatado por todos los índices internacionales que miden calidad institucional, transparencia, corrupción y otros indicadores de este tipo.
Bastó este comentario para que por orden de la Presidenta, tres ministros salieran a contestarle con duros términos. Brasil tiene más diferencias que Argentina con EE.UU. (una de ellas es Irán), pero con realismo trabajó sobre los puntos coincidentes; en cambio, Argentina hizo lo contrario. Cristina inició su gestión en diciembre de 2007, con una fuerte tensión con EE.UU. por el llamado Valijagate. Comienza la segunda parte del mandato, exactamente dos años más tarde, habiendo hecho públicas diferencias con dicho país.
Históricamente, Argentina se ha caracterizado por desaprovechar oportunidades en su relación con el mundo. La administración Kirchner ha dado varias muestras de ello y la visita de Valenzuela ha sido un ejemplo.
*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.