Ya sé que hay montones de esas cosas llamadas propiamente de autoayuda e impropiamente de libros. Lo que no sabía era que hubiera artículos de autoayuda y me parece que éste, o va a inaugurar el género o le anda cerca. Todo esto viene a lo que se oye por ahí, en el café o en la cola de la caja del supermercado que es mi lugar favorito para oír frases célebres. Y viene a que me compré un celular nuevo porque el mío era antediluviano y andaba a pedal. Fui y pedí: “Déme un celular para llamar y recibir llamadas y para nada más: ni para sacar fotos ni para grabar películas ni para cebar mate o tender la ropa” (confieso que lo de tender la ropa me tienta). Me dieron uno precioso y nada caro. Y ahí tuve que recurrir a mi nieto Nicolás que sabe todo lo que hay que saber acerca de estos y otros aparatos porque yo no podía hacer nada con mi celular nuevo salvo mirarlo. Nicolás me dio unas clases y puedo llamar y recibir llamadas. Nada más. Claro, me dije, es que he llegado tarde para esto y si no mirá a tus nietos las cosas que hacen con sus celulares. Bueno, es que yo odio los celulares. Corrección: no los odio. Sé que son útiles. Odio a las y los idiotas que andan por la calle con el aparatito pegado a la oreja que parece que va a haber que operarlos para sacárselos. Ayer vi a una chica que iba en bicicleta por la avenida San Martín, una mano en el manubrio, la otra tarareando mensajitos de texto con los dedos en el celular. Y reflexioné. Y dije: “No, no he llegado tarde”. Y ya que estaba en ese filosófico camino, me pregunté: “¿Qué es llegar tarde?”. Mi amiga Gabriela siente que siempre quiso escribir pero que ya es tarde. Le aconsejé que mirara el retrato de Rita Levi que le mandé. “Mirala bien”, le dije, “tiene cien años, está llena de arrugas, ¿no es la mujer más bella que has visto en tu vida?” Está bien, le prometo que la semana que viene le hablo de la belleza, que es un buen tema, pero esta vez le hablo de esto. Rita Levi sigue trabajando, sus neuronas siguen conectándose alegremente unas con las otras. Y me prometo a mí misma que no he llegado tarde y que dentro de poco voy a saber más que Nicolás sobre mi celular nuevo.