COLUMNISTAS
Defensora de Género

Reflexión en vacaciones e invitación

Apenas antes de aparecer la primera columna, a través de las redes comencé a recibir comentarios agresivos acerca de que una "feminazi" iba a hacer "policía de género" y esto iba a acabar con el buen periodismo.

20190127_aborto_marcha_cedoc_g.jpg
Construcción de sentido. Se impone una nueva agenda sobre los temas de género. | cedoc

A mediados de septiembre de 2018 recibí de PERFIL una propuesta desafiante y novedosa: ser Defensora de Género con una columna semanal que analizara la versión impresa del fin de semana anterior. Quiero usar esta pausa de vacaciones para reflexionar sobre los primeros meses de esta experiencia.

Tuve muchas dudas, considero este ofrecimiento un privilegio pero también una enorme responsabilidad ya que no hay otro medio en el país con una función similar. Aunque sí hay –y esto es inspirador– periodistas que ponen el acento en las demandas del movimiento de mujeres, en sus protagonismos, y han sido capaces de incidir en cambios legales y sociales impactantes y mostrar sus resultados. Son las comunicadoras feministas las que diseñaron protocolos para redactar o difundir noticias sobre violencia, femicidios, violación, trata de mujeres y otras situaciones que afectan nuestras vidas y en las que el periodismo muchas veces ejerce una nueva victimización con exposiciones y calificaciones abusivas. Son ellas las que organizaron la marcha #NiUnaMenos y le dieron una dimensión multitudinaria a lo que era un activismo persistente pero poco visible. Son quienes sostienen campañas que mantienen en agenda nuestros derechos y denuncian a quienes los violentan o desconocen. Contar con ese “nosotras” me animó.

PERFIL y su jefe de Redacción expresaron desde el comienzo su respaldo y disposición a un cambio ya iniciado, pero no todas han sido rosas. Apenas anunciada la novedad y antes de aparecer la primera columna, a través de las redes comencé a recibir comentarios agresivos acerca de que una “feminazi” iba a hacer “policía de género” y esto iba a acabar con el buen periodismo.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Ni Una Menos: las deudas políticas y la posibilidad de la emergencia

Hasta amenazaron con dejar de leer el diario. Algunos de quienes serían mis futuros colegas, incluso antes de leerme, se debatían entre la bienvenida y la advertencia. Nunca (y cuando digo “nunca” digo casi cuatro décadas) fue mi práctica feminista una práctica policial, ni excluyente, sino sobre todo una invitación a ampliar la mirada que comprenda el presente e imagine el futuro. Quizás porque mi ingreso al feminismo fue académico, a través de la crítica epistemológica, es que confío en que la insistencia en ofrecer otra visión del mundo y la sociedad produce cambios lentos pero sostenidos, como toda educación.

Y hay que contar con las resistencias de los esquemas culturales que se intenta cambiar y de quienes en esos esquemas detentan privilegios que no están dispuestos a abandonar sin lucha. A veces una lucha cruel, que desconoce la condición de dignidad de aquellxs a quienes se opone. Porque desconocer la condición humana y demonizar es el primer paso para poder ser cruel sin remordimientos, como sabemos quienes observamos con estupor las acciones de grupos antiderechos y sus prácticas de odio. Y como en sus extremos han descripto quienes testimoniaron la denigración que precede a la tortura.

Hace ya muchos años que ante los ataques personales e insultos (que no empezaron en las redes sociales ni con la grieta, sino que son un modo de disciplinamiento muy fuerte hacia cualquiera que amenace las relaciones de poder) tomé la decisión de no responder sino persistir en lo que considero justo y argumentar sobre ello. El tono de la columna entonces estaba decidido y fue tomando forma. Se trata de hacer una lectura atenta del diario del fin de semana, elegir alguno de los temas que circulan en sus diversas notas y secciones, y ofrecer otro ángulo, otros vínculos, alimentados por una convicción igualitaria que espero encuentre eco en quienes leen.

El mayor duelo es todo lo que no entra en la columna. La invitación es a que me acompañen en la experiencia.