Santiago Maldonado: el caso que impuso los derechos humanos en los clubes de fútbol

Hace veinte días que desapareció Santiago Maldonado y un grupo de hinchas de Banfield está inquieto con el caso. El viernes arranca un nuevo torneo de la Superliga y quieren aprovechar el partido para hacer algo. Una bandera que reclame la aparición con vida de Santiago estaría bien. Ya la imaginan: fondo blanco, letras verdes, cuatro nudos, un alambrado. Lo que ni siquiera sospechaban estos hinchas del Taladro es que ese gesto iba a ser determinante: ese trapo, que partido a partido se replicó por todos los estadios, derivó en que distintas causas vinculadas a los derechos humanos se instalaran por fin dentro de los clubes de fútbol.

Esta semana se cumplieron seis años de la desaparición de Santiago Maldonado y el escenario es muy distinto al de agosto de 2017: en los clubes se multiplicaron las subcomisiones de DD.HH., se creó la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol, integrada por representantes de unas treinta instituciones, más de diez clubes organizaron actos para restituirles los carnets a sus socios desaparecidos y las cuentas oficiales en redes sociales replican mensajes cuando ocurre algún episodio de violencia institucional.

Misión Santiago. Ingresar la bandera al Florencio Sola aquel viernes no fue una tarea sencilla para los hinchas de Banfield. La Aprevide de Juan Manuel Lugones no permitía que se exhibieran banderas con mensajes políticos, entonces tuvieron que recurrir a una maniobra de espionaje: escondieron la bandera en un baño de la tribuna y la rescataron unos minutos antes de que comenzara el partido para colgarla en un hueco del alambrado que les habían dejado libre. Un tuit oportuno hizo el resto: la expresidenta Cristina Fernández se cruzó con la foto en Twitter y la posteó con un comentario. El tema estalló en las redes.

Como la Aprevide empezó a pedir explicaciones en el club por esa bandera fuera del reglamento lugoniano, para la siguiente iniciativa los hinchas del Taladro tuvieron que cambiar la estrategia. Contrataron una avioneta que desde el aire lanzó 30 mil volantes en un partido ante Racing con la leyenda: “Nosotros estamos en Banfield. ¿Dónde está Santiago Maldonado?”.

Un pedido multiplicado. Los estadios de fútbol funcionaron como una caja de resonancia de la causa Santiago Maldonado. El reclamo tomó forma de bandera, de cantito, de alarido y se desparramó por todas las tribunas. Del Monumental a la cancha más modesta del Ascenso, de un clásico porteño a las ligas del interior, de un palco vip a tribunas con cinco escalones. El fútbol sostuvo la demanda durante semanas y semanas.

En San Lorenzo los integrantes de la Subcomisión de Derechos Humanos del club se pasearon por el césped del Pedro Bidegain con una pancarta; los planteles de Belgrano, Temperley, Defensores de Belgrano, Cañuelas, Sportivo Barracas, Ituzaingó y Claypole, entre otros, posaron con carteles; los jugadores de Central Ballester usaron fotos de Maldonado para ponerse sobre sus rostros.

Hasta la Selección tomó partido. Antes de un partido por Eliminatorias ante Uruguay, el arquero Nahuel Guzmán arribó al país con una remera con la leyenda “¿Dónde está Santiago?” y el entrenador Jorge Sampaoli habló del tema en la conferencia de prensa previa al partido: “Molesta que este tema no esté resuelto, ojalá se resuelva pronto, nosotros vamos a apoyar desde acá”.

Y el Diego, por supuesto. Desde sus cuentas en las redes, el 10 reclamó: “Un día más y sigue sin aparecer Santiago Maldonado. Todos los argentinos te esperamos, al igual que a todos los desparecidos!!!”.