“Alberto Fernández es un político argentino perteneciente al Frente de Todos, una coalición de partidos de centroizquierda en Argentina. Dentro de esta coalición, Fernández es miembro del Partido Justicialista, que es un partido peronista. En términos generales, se puede decir que Fernández es de centroizquierda. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las etiquetas ideológicas son un tema complejo y que las personas pueden tener posiciones políticas que no se corresponden exactamente con ninguna de las ideologías tradicionales. Además, es posible que las posiciones de una persona puedan cambiar con el tiempo. Por lo tanto, es importante considerar las posiciones políticas de una persona en su totalidad en lugar de etiquetarlas con una sola palabra”.
El texto anterior me lo ha suministrado ChatGPT, la nueva plataforma de inteligencia artificial, creada y operada por la empresa OpenAI. A pesar de estar contextualizado en inglés, el sistema da servicio en varias lenguas. En el caso del español es bastante riguroso, al punto de reconocer el adjetivo “gilipollas”, definirlo y advertir que su uso es inapropiado e identificar, además, “boludo” con la misma carga semántica pero, como me conecto al servidor desde Madrid, me advierte que en el habla coloquial argentina tiene una acepción que denota familiaridad al igual que “tío” en España.
Los científicos valoran la plataforma y destacan que sea capaz de realizar metarrazonamientos, o sea, ser capaz de entender por qué opta por una respuesta y no por otra. También advierten que la máquina genera espontáneamente fakes, es decir, cocina respuestas con los datos de que dispone. En el caso del presidente Fernández, le advertí que no lo consideraba de izquierdas, ¿por qué lo afirmaba? Volvió a reiterar sus argumentos transcriptos más arriba y a incluir a los partidos Socialista y Comunista en el Frente de Todos. Insistí diciendo que el primero no está en la coalición y que el segundo no existe más. Respuesta: “Tienes razón, me equivoqué. El Partido Comunista de Argentina se disolvió y no forma parte del Frente de Todos. El Partido Socialista es un partido político de izquierda en Argentina y actualmente gobierna la provincia de Santa Fe. Me disculpo por el error”.
La máquina nace, entonces, con atributos funcionales a la época en la que vivimos. Aunque la tecnología de ChatGPT sea muy potente, no está exento de defectos potenciales ni de evitar sesgos. Llegados a un punto, se imagina los hechos.
Mientras esta evolución de Siri o Alexa, aunque la comunicación no sea mediante la voz, al menos no remite a enlaces de la red sino que construye un sentido propio, desde IBM y la Universidad de Columbia nos avisan que en diez años podremos sustituir el celular por una gorra o una diadema con la cual nos conectaremos a la red y las funciones que hoy ejecutamos con los dedos serán a través del pensamiento. Sé que este último párrafo puede pedir una relectura, pero está en directa relación con la medida que se aprobó en Chile el año pasado para que, mediante la Constitución, se proteja “la información cerebral de los ciudadanos”.
La neotecnología prevé conectar el cerebro a sistemas de computación externos. Es decir, podemos ampliar el campo de información para manejar otras lenguas o hurgar en cualquier tipo de conocimiento con fines prácticos. Claro que, como en la canción de Charly, la entrada es gratis pero la salida, vemos. El viaje es de ida y vuelta: tiene carácter invasivo.
El neurocientífico Rafael Yuste, de la Universidad de Columbia, sostiene que estas son herramientas equiparables al fuego, la rueda, el carro, la imprenta y la energía nuclear, que colaboran con el progreso humano. La cuestión es que, quitando a la imprenta, todas las demás tienen un lado oscuro. Elon Musk, desde su empresa Neuralink, trabaja para conectar inteligencia artificial al cerebro humano por medio de un chip implantado en la cabeza. Incluyendo la imprenta, ¿en qué lado de la línea imaginan a Musk con todas las herramientas en su mano?
Siri inspiró a Spike Jonze Her, una película en la que el protagonista se enamora de Samantha, una voz que surge, como Siri, de un sistema operativo. Pero ante la perspectiva del próximo amanecer tecnológico que predicen, el sentido hay que buscarlo más atrás, en los años 80, cuando imperaba Skynet, el sistema de inteligencia artificial que regía el destino humano en Terminator.
*Escritor y periodista.