“Debe quedar en claro que, cuando nos referimos a los átomos, el lenguaje puede ser solo utilizado como poesía. Además, el poeta no se preocupa tanto en describir los hechos como en crear imágenes y establecer conexiones mentales.” (Heisenberg, 1971: 41)
¿Es posible pensar la evolución del “homo” hacia su representación cuántica desde perspectivas filosóficas y antropológicas? ¿En realidad, estaríamos, dadas ciertas condiciones, ante surgimiento del “homo cuántico”?
Será preciso realizar un recorrido desde la naturaleza generativa, el origen de las especies, el pasaje por las representaciones iluministas de “nos homines”, más allá de la preocupación epistémica y del control iconográfico de lo humano que lo libera hacia un principio orientador de la denominada ruptura o fractura intelectual a través de nuestra capacidad de “contar historias”.
Inteligencia Artificial | Códice: illuminare en la codificación del lenguaje natural
La cuestión es ¿dónde ubicar estas fracturas o fisuras paradigmáticas que, de presentarse, serían de modo provisional ya que siempre apunta a otro espacio? Precisamente en la revolución intelectual que define nuestro mundo moderno, que implica un cambio histórico, un acontecimiento y a veces una discontinuidad.
Esta “dislocación” se visibiliza en lo que algunos autores consensuan como: (1) la ruptura copernicana que identifica como herejía fundadora los Studia Humanitatis, que secularizó el conocimiento y sentó las bases de nuestro mundo racional moderno; (2) la ruptura darwiniana, liberadora de la concepción de la “caída adánica” situándonos en una ecología de la vida productora de “especies” naturalmente seleccionadas y deseleccionadas; y, finalmente, (3) la ruptura fanoniana que rompe con estereotipos de asimetrías e insiere en el sujeto un ritmo apropiado, un nuevo lenguaje, una nueva humanidad: “Hay una zona de no-ser, una región extraordinariamente estéril y árida, una rampa esencialmente despojada, desde la que puede nacer un auténtico surgimiento” (Fanon, 1952).
Retomando la cita inicial de Heisenberg, y, si como sostiene Césaire: “el conocimiento poético nace en el gran silencio del conocimiento científico…un conocimiento pleno… y es en la palabra, un fragmento del mundo, donde el poeta apuesta todas nuestras posibilidades” entonces la narrativa es el pilar donde se reconoce ese “bios”, ese homo narrans generador de historias, creándose infinitamente a sí mismo en “autopoiesis”.
Ahora bien ¿cómo sería el trayecto o pasaje del Homo Narrans al Quantum Sapiens?
Desde la perspectiva antropológica con bases filosóficas, la narración como proceso ritualístico, formuláico, agonístico y homeostático (Ong, 1982, Havelock, 1963, Goody y Watt, 1968) podría ser considerada como un rasgo genético, una forma eficiente de enfrentar una crisis ante la extinción de la especie. Si a esto añadimos el complejo conceptual que nos conduce a la “biologización” o desde la mirada luhmanniana del proceso evolutivo de semiosis social donde “la construcción de los sistemas sociales sigue el principio del orden a partir del ruido”, entonces dado que se trata de sistemas autorreferenciales y autopoiéticos estamos determinados a atribuirle cierta autointegración operacional. Se desprende así la relación con los principios que evocan la teoría de la evolución. Desde esta arista se plantea una cuestión fundamental que tiene que ver con la materialidad de estos sistemas, como propone Verón (2012).
Podríamos decir que existe una articulación en el caso de las entidades que Luhmann denomina “seres humanos” a través de la cual se produce la emergencia de un nivel más elevado, esto es, el organismo biológico del sapiens “se pone a disposición” de la evolución para la construcción de sistemas psíquicos (mentales) que se exterioriza y genera alteraciones a escala que despegan lo social de lo psíquico que da lugar al proceso evolutivo de semiosis social.
En este juego semiótico se esta gestando una reestructuración y creciente complejización de los procesos mentales que consagra un nuevo perfil del sapiens con cierta “imposición arbitraria” de constructos icónicos e indiciales con un nuevo comportamiento adaptativo que marca un cambio en la naturaleza evolutiva.
Este nuevo horizonte se abre hacia el sapiens como la transgresión de un relato que legitima el orden y lo caótico, una nueva postulación de un orden “selectivo” con los primeros trazos laberínticos que desembocan en un campo narrativo de juego, un vértigo de combinaciones y desplazamientos donde se revela la fisura de lo real cercana a la teoría de otros mundos concebidos por Leibniz o la fusión en El otro reflejo de esa dualidad, donde “uno es y no es ese mismo hombre”.
El lenguaje y los estados cuánticos: superposición de giros, simultaneidad y puertas lógicas
Es precisamente esta naturaleza “dual” que remite a lo “cuántico”. Desarrollar el “pensamiento cuántico” significaría la habilidad de “ver” un problema desde todos sus ángulos (Szabo, 2018). En otras palabras, la capacidad de ir más allá de una simple visión verdadera o falsa del mundo. La cuestión radica justamente en el fenómeno denominado “dualidad” que se define como la habilidad de una entidad cuántica de existir en más de un único estado. La experimentamos en Tlön, Uqbar Orbis Tertius con “el sofisma de las nueve monedas de cobre” cuya existencia se atribuye a dos estados diferentes, así como en Nueva refutación del tiempo donde “Chuang Tzu soñó que era una mariposa y no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.”
Finalmente, en la configuración o disolución de sentido, “el lenguaje no cesa de repetirse”, metáfora de todos los tiempos, en los umbrales y representaciones de mundos distintos, en ese trayecto rizomático -espectro de versiones y variaciones- el Homo Narrans dará paso al Quantum Sapiens capaz de percibir lo simultáneo con un lenguaje nuevo, que rompe el nudo edificante, puesto que todos los fenómenos observados están allí, todos a la vez, condensados en un “mismo punto, (sin) superposición y (sin) transparencia”.
* Alejandra Litterio. Lingüista especialista en Procesamiento de Lenguaje Natural.