Creo entender lo que pudo pasar con Diana Mondino (o lo que pudo pasarle a Diana Mondino) el otro día en la entrevista que le concedió a Al Jazeera y se reprodujo acá en PERFIL. Acababa de pasar un momento engorroso, un trance de ostensible humillación, en el curso de dicha entrevista, al tener que decir que “no recordaba” que el presidente de la Nación la había defenestrado al tratarla públicamente de “imbécil” (a ella y a otros calificados funcionarios de Relaciones Exteriores). Porque no es fácil decidir qué sería en definitiva más denigrante para ella, si tener que mentir y alegar que no recordaba el insulto o si haberlo olvidado de verdad, como alguien para quien verse insultada es un asunto ya natural, parte ya de sus costumbres.
Algo después de ese momento de incordio, llegó la pregunta sobre el caso $Libra (porque era una entrevista de formato clásico, una de esas en las que el periodista formula preguntas y el reporteado tiene que responderlas). Y fue entonces cuando Mondino pronunció esa alternativa tan urticante (y no necesariamente excluyente) entre ser “una especie de corrupto” o no ser “muy inteligente”. Menos un jardín de senderos que se bifurcan que un patético callejón sin salida.
Creo entender por qué lo dijo. Lo dijo porque algo parece quedar en ella, pese a todo, de cierto sentido de la dignidad personal, algún resto elemental de amor propio que la disuade de un derrape sabido. ¿Cómo responder otra cosa y no quedar de alguna manera impregnada de lo turbio de una maniobra acaso corrupta? ¿Cómo hacerlo sin que la salpique, por no decir que la empape, una presunción de esa misma índole, la de no ser demasiado inteligente?
Algo tiene que estar ya quebrado en uno, algo tiene que haberse ya degradado y roto, para que a alguien le resulte sencillo salir a decir cualquier cosa y que eso no le importe en absoluto. Hay que estar ya dispuesto al cinismo o al desdoro, hay que haberse preparado para admitir un rebajamiento así sin mosquearse. A eso se refirió, seguramente, Manuel Adorni, cuando declaró que Diana Mondino no estaba preparada para esta entrevista que dio.