Las reservas de Libertonia están a punto de agotarse. El antiguo presidente es destituido del cargo por problemas en la administración y desavenencias con el círculo rojo. El gobierno decide, en reunión de consejo de ministros, pedir ayuda a la rica viuda de Teasdale, quien se pone al frente del salvataje a cambio de una única condición: que se nombre como presidente a Rufus T. Firefly.
En Sylvania, país con el que Libertonia está en tensión bélica, la noticia no cae bien. Trentino, el embajador de Silvania en Libertonia, intenta seducir a la señora Teasdale, pero ella está encaprichada con el presidente Firefly. Trentino no se da por vencido y decide contratar a dos espías, Chicolini y Pinky, para desestabilizar a su rival y hacerse con las estrategias que puedan llevarles a ganar la contienda.
Ése es el argumento de Sopa de ganso (1933), que en la versión de los hermanos Marx significa: “pan comido”. En efecto, la sopa de ganso es fácil de hacer una vez que se ha decidido el tipo de carne que se utilizará en el potaje.
Se trata de una sopa fácil de hacer una vez que se decidió qué tipo de carne se utilizará
En la versión marxiana, la duck soup equivale a una reunión de solteros tristes que un domingo por la noche hacen un último esfuerzo para salvar el fin de semana. Groucho Marx describió la “sopa de pato” así: “Tome dos pavos, un ganso, cuatro coles, pero nada de pato, y mézclelos”. En otras palabras, toda la porquería sobrante o inferior mezclada, pero nada sabroso. La torpe traducción peninsular arruinó por completo la receta o la transformó en metáfora de otra cosa: la sopa de ganso se hace con cualquier ingrediente, salvo ganso, que habrá que reservar, suponemos, para otros fines.
Hay varios gansos: está el ganso al que se acogota o al que se soba. Está la gansa ponedora que advierte que se debe pagar una deuda o saldar un compromiso, dividiendo los gastos entre todos (“poniendo estaba la gansa”) y está, por fin, la persona tarda, perezosa, descuidada, malcriada, torpe, incapaz, que presume de chistosa y aguda sin serlo. A mi juicio, la primera variedad es la más rica (tanto en sabor como en nutrientes) pero es mucho más probable que este año el país coma mucha sopa de gansa ponedora (FMI, Leliqs) o sopa de gansadas típicas de una campaña electoral.