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Defensora de Género

Tabaquismo, género y control del tabaco

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Argentina. Debe ratificar el Convenio Marco para Control del Tabaco, para proteger el derecho a la salud de las personas. | cedoc

El tabaquismo o consumo de tabaco constituye una adicción muy generalizada en la población del país. Si bien las mujeres nos incorporamos tarde al habito de fumar, ahora estamos en la delantera, hay más fumadoras que fumadores. El marketing de las empresas productoras de cigarrillos fue muy exitoso desde mediados del siglo pasado para promover que fumen las mujeres. Quienes peinamos canas nos acordamos de los cigarrillos Virginia Slim (esa marca dedicada a las mujeres con esa imagen femenina de silueta delicada y sexy), que fumaba ese cigarrillo finito y largo en una hermosa boquilla. Esta atrajo a las mujeres que se mimetizaron con Virginia Slim y se iniciaron en el consumo de tabaco. La propaganda se cuidó muy bien de no mostrar a las mujeres tosiendo y expectorando como hacen los hombres por efecto del tabaco: eso hubiera roto el encanto. 

Desde hace unos años el consumo de tabaco es mayor en las mujeres que en los varones. Una encuesta realizada en el país en el 2020 en estudiantes de entre 13 y 17 años evidenció que el 19,5% del total consume tabaco, y según sexo el 17,6% de los varones y el 21,1% de las mujeres lo hace. Si consideramos que en los estudiantes de entre 13 y 15 años, el 20,2% consume tabaco y según sexo, el 18,7% de los varones y el 21,4% de las mujeres consume algún producto de tabaco. En el país el inicio del consumo es a los 12 años; esto nos muestra cómo la propaganda fue efectiva, porque en los últimos años se orientó a promover el consumo en los adolescentes y niños. Para eso usan técnicas que se refuerzan con la exhibición en los lugares de venta, sobre todo en kioscos. Dos tercios de los fumadores compran los cigarrillos en kioscos, donde no se controla la edad de a quiénes se vende. La encuesta a estudiantes mostró que a ocho de cada diez estudiantes fumadores, no se les negó la venta debido a su edad. Además, sabemos que en las mujeres adolescentes y niñas con menor exposición al tabaco se genera la adicción más rápidamente, y que una vez establecida la adicción es muy difícil eliminarla.

Las estrategias desarrolladas por el marketing hacia las mujeres y las niñas y adolescentes, asocian fumar a una actitud sexy que las hace aparecer más grandes a las más chicas, y les permite ser miradas por varones mayores. La asociación con la pérdida del apetito, entonces se ve como una forma de no engordar, todas estrategias para atraerlas y lograr que se inicien y se vuelvan adictas. Por otra parte, la sociedad no tiene conciencia de que el tabaquismo es una adicción y por lo tanto, es una enfermedad muy difícil de superar. El hábito de fumar en las embarazadas produce abortos espontáneos y otros trastornos como menor peso del feto. Si bien se indica a las embarazadas no fumar, cuando son adictas es más difícil lograrlo. Está comprobado que niñas y niños de padres fumadores tienden a ser ellos con mayor frecuencia fumadores, y están más expuestos al efecto nocivo del humo del tabaco. Este aumento del tabaquismo en mujeres se traduce en la mayor frecuencia de muertes asociadas al tabaco como el cáncer de pulmón, infarto y otras causas.

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La Organización Mundial de la Salud elaboró el Convenio Marco para Control del Tabaco –CMCT– ratificado ya por 182 países para proteger el derecho a la salud de las personas. Argentina no ha ratificado este Convenio, aludiendo que es un país productor de tabaco y afectaría la economía de las provincias productoras, si bien se exporta en gran medida. La relación del costo-beneficio entre el costo de la atención de las enfermedades que produce el tabaco, sin contar la pérdida de vida de las personas que no tiene valor económico, y los posibles daños por la producción, es evidente que no se sostiene la oposición a ratificar este Convenio. Por eso pedimos que se ratifique y se proteja la salud y la vida de las mujeres y niñas.