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Terremoto en la Corte y riesgo de ‘modo escándalo’

Como se advirtió desde estas páginas, iban a pasar cosas en la Corte Suprema. Están pasando. Y al parecer van a pasar muchas más. Que van a hacer ruido.

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Falsa flema. Macri flanqueado por la Corte Suprema en la cumbre del J20. No volvió a repetirse. | prensa j20

Como se advirtió desde estas páginas, iban a pasar cosas en la Corte Suprema. Están pasando. Y al parecer van a pasar muchas más. Que van a hacer ruido.

La foto oficial de Macri, Peña y Garavano con Rosenkrantz y Highton, presidente y vice supremos, expuso a la luz fracturas que surgieron en el máximo tribunal, como ya se anticipaba hace un mes (Falsa paz en la Corte).

Corrido Lorenzetti de la jefatura cortesana después de doce años, tal como lo deseaba el Gobierno a través de los buenos oficios de su principal operador allí, Pepín Rodríguez Simón, se rompieron internamente pactos implícitos. El rafaelino fue desplazado con los votos de su sucesor y su vice, además del de Rosatti, con el plan de terminar con el personalismo y que el voto de cada cortesano valiera por sí mismo, sin mayorías uniformes ni emblocadas.

En el cuarto piso del Palacio de los Tribunales se acusa a Rosenkrantz de haberse montado al caballo.

Sin embargo, en el cuarto piso del Palacio de los Tribunales se acusa a Rosenkrantz de haberse montado al caballo. Con el impulso de Pepín, hizo un show por las claves de acceso al Centro de Información Judicial que había montado Lorenzetti e inició un proceso de designaciones polémicas. Ya volveremos sobre este punto.

Lejos de mostrarse alejado del Poder Ejecutivo, ni siquiera se cuidó de que su primera aparición pública difundida en el intervenido CIJ tras la cumbre del J20 fuera en una actividad organizada por el Gobierno, en la persona de la reciente pareja de Rodríguez Simón.

Ese mismo envión lo llevó a intentar descabezar a Marchi, el administrador de la Corte y hombre de Lorenzetti. Pese a la andanada oficialista y de Carrió, Marchi no solo resiste sino que muestra números superavitarios, al revés que el Consejo de la Magistratura, por ejemplo. Al punto que el funcionario hasta se dio el gusto de pasarle el trapo al propio Dujovne (que acompañó a Peña y Garavano en visita institucional a la Corte), cuando el ministro planteó que el tribunal debería hacer el ajuste.

En la Casa Rosada se dice que Pepín, o Rosenkrantz, aseguran decisiones favorables a los intereses del macrismo. Ya esta semana hubo un cachetazo con un fallo que beneficia a La Pampa en contra del Estado nacional. Y se descuenta otro en contra de cómo se actualizan las jubilaciones. Acaso esta percepción haya influido en cierto tono despectivo con el que el Presidente y su jefe de Gabinete se habrían expresado en el mentado almuerzo del martes 6. A Highton le duró el malhumor el resto del día.

Rosenkrantz debería tomar nota que estos deslices se propagarán gracias a Lorenzetti, quien no terminó de hacer el duelo por la abstinencia de presidencia y ya sabe que el Gobierno lo quiere sacar ahora de la Corte

Rosenkrantz debería tomar nota que estos deslices se propagarán gracias a Lorenzetti, quien no terminó de hacer el duelo por la abstinencia de presidencia y ya sabe que el Gobierno lo quiere sacar ahora de la Corte. Su poder de daño puede ser contundente. Cristina y Macri ya han bebido de esa pócima.

Por eso, el inexperto Rosenkrantz en el manejo de las intrigas cortesanas tendría que andar con más cuidado. Por caso, ahora se sabe que cuando entró a la Corte le pidió a Lorenzetti que designe a su yerno (en el área de sistemas) y a su sobrino (en la obra social). Y ahora que él tiene la firma, su gente propuso ingresos vinculados a importantes estudios jurídicos, origen del propio Rosenkrantz. Tal el caso de Melisa Mertehikian, hija del dueño de un bufete que está litigando contra… la Corte.

El listado de posibles contratados a pedido de Rosenkrantz podría hacer escalar el conflicto actual que sacude a la Corte, que pasaría a “modo escándalo”, como se diría ahora. Y eso que no está Carrió.