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Todos contra todos

La política ignora problemas de la mayoría y se hunde en las luchas de poder internas.

Fernández Larreta 20230225
Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta | PABLO TEMES

Ya no es una humorada ni mucho menos una metáfora. Las peleas, tironeos y acusaciones tanto dentro de la coalición gobernante como de la oposición son –tristemente– el hecho más destacado de la semana. Una vez más, los intereses políticos estuvieron por encima de todo y de todos. Ciudadanos que ya no soportan la inflación, la inseguridad, el empleo precario y, sobre todo, la falta de rumbo y previsibilidad.

El inicio del ciclo lectivo sumó un nuevo frente de angustia para los padres de los millones de alumnos que han comenzado las clases como pudieron y con lo que pudieron. Equipar a un alumno de nivel primario para que pueda desempeñarse en la escuela con los útiles correspondientes –sin contar la vestimenta– significa para una familia una erogación que supera cómodamente los $ 50 mil. Ya nadie se sorprende de la gama de disparates entre precios de un mismo segmento. Por citar un ejemplo, una cartuchera puede costar desde $ 1.500 hasta los $ 19 mil. La Argentina es inviable para una porción cada vez más grande de sus habitantes. 

Sin embargo, la agenda política les da vuelta la cara a los problemas que aquejan a la mayoría y se sumerge egoístamente y de manera obscena en las luchas de poder internas y los problemas de cartel. Veamos pues algunos de los pasos de comedia de este show electoralista vergonzante.

Cristina siempre insiste

La primera luz amarilla para el Frente de Todos contra Todos fue la fractura de su bloque en el Senado. Fueron cuatro legisladores del PJ que integraban el Frente de Todos más la cordobesa Alejandra Vigo, que responde a Juan Schiaretti. Guillermo Snopek, jujeño y del PJ, salió a hablar pestes de Alberto Fernández prácticamente haciéndolo responsable de su decisión. Por las dudas –para no ofuscar a la jefa– habló con la vice en funciones y hasta le escribió una carta que hizo pública. Carlos Camau Espínola, peronista de la provincia de Corrientes en 2014, había sido secretario de Deportes de Cristina. Esta vez, arremetió contra ella y aseguró que no está proscripta y que puede presentarse a las elecciones, sumándose al elenco de Aníbal Fernández que, apenas unas horas antes, había dicho lo mismo para sacar de quicio a los K más rancios. La cordobesa Alejandra Vigo es la esposa del gobernador Schiaretti, lo que despertó suspicacias sobre los intereses del gobernador en que la fractura efectivamente se produjera. Edgardo Kueider es un hombre cercano al gobernador entrerriano Gustavo Bordet, y la puntana Eugenia Catalfamo responde al gobernador Alberto Rodríguez Saá. Más allá del paisaje variopinto, Cristina Kirchner tendrá mayores dificultades para conseguir el quórum de 37 senadores nacionales. 

El lanzamiento de la precandidatura a presidente de Horacio Rodríguez Larreta desató un terremoto dentro de No tan Juntos por el Cambio. No fue el qué sino el cómo. El alcalde porteño utilizó una catarata de metáforas audiovisuales para promover la unidad de los argentinos y el tan mentado final de la grieta. Luego de varios cruces por tuit con Patricia Bullrich, que salió a fustigarlo y a advertirle que no se puede dialogar con gente como CFK, Baradel o Hugo Moyano, redobló su postura. Parecería haber un problema de base en la concepción de “grieta” que se desprende de las reflexiones de algunos dirigentes. La grieta no es solo política, la grieta va más allá de los nombres, es un problema cultural y moral que dividió nuevamente a los argentinos. Hay en la entrelínea del discurso de HRL una idea que saca de sus cabales a Patricia Bullrich y al propio Mauricio Macri. La política de conciliación implica levantar la veda sobre ciertos personajes cuyos nombres no son compartidos ni aceptados puertas adentro del PRO. “Horacio con mucha sutileza en su mensaje está avisando que está dispuesto a sentarse con todos o casi todos en su idea de construcción política y eso para muchos es inaceptable”, asegura una fuente del PRO que tiene diálogo con halcones y palomas. Es correcto pensar que no se puede sostener un país dividido. Pero ¿fué acertado el enfoque unidireccional y casi monotemático utilizado por el jefe de Gobierno? No hubo propuestas ni empatía con los padeceres de millones de argentinos. No tuvo determinación ni intención de abordar los temas más calientes de la coyuntura. Sabor a poco para todos los votantes que necesitan que la dirigencia les quite un pie de encima y los ayude a solucionar los problemas del día a día. 

La rana y el escorpión

En paralelo y con la frialdad de cálculo que lo caracteriza, el expresidente Macri se mostró con María Eugenia Vidal, que intenta recuperar terreno en la interna. El ingeniero alienta la competencia y sigue sin dar señales concretas sobre su futuro. Es el juego que mejor maneja mientras todos, aunque lo nieguen en público, esperan su guiño para definir la pulseada alimentando su poder interno y su capacidad de negociación con el futuro presidente, sea cual fuere el candidato. 

Todo esto ocurre con el descalabro de la economía como telón de fondo. El superministro Sergio Massa no logró sostener los compromisos que asumió la Casa Rosada con el FMI sobre los dólares y la acumulación de reservas que, según reconocieron en el propio Banco Central, apenas alcanzan los US$ 4.000 millones. La meta para marzo es incumplible y, curiosamente, la sequía que actuaba como verdugo podría convertirse en el nuevo salvador si se logra activar una especie de cláusula de contingencia prevista para estos casos. En el massismo vuelven a prenderle velas a Kristalina Georgieva, los tiempos se acortan y los números no cierran para esta Argentina del disparate donde los candidatos creen ser más importantes que la propia gente.