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Total interferencia

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Roberto Feletti reemplazó a Paula Español en la Secretaría de Comercio. | cedoc

Tras el cachetazo de las PASO y su semana trágica de reacomodamientos tectónicos, el Frente de Todos intentó reasfaltar su camino proselitista con multianuncios, “planes platitas” y cambios en su campaña. Los problemas de gestión, más los errores no forzados y el fuego amigo, amenazan con pocear aún peor su tránsito hacia las legislativas de dentro de tres semanas.

Desde algunos, pocos, despachos oficiales nacionales y bonaerenses se trató en estos días de reinstalar una recuperación electoral. Se supone que no se habrán basado en los números del encuestador Bacman, el mismo cuyo boca de urna en las primarias les hizo festejar con anticipación y en vano una supuesta victoria en el búnker platense del FdT.

Ese optimismo no campea entre la mayoría de los barones del Conurbano. Por eso intervinieron la gestión de Axel Kicillof con el desembarco de los intendentes Insaurralde (Jefatura de Gabinete) y Nardini (Infraestructura), con el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner. La vice tiene debilidad por el gobernador bonaerense, pero no come vidrio.

Esa sociedad entre intendentes del GBA y CFK se replica en las últimas movidas sobre el congelamiento de precios. El tándem Roberto Feletti-Débora Giorgi dejó su exilio en La Matanza para volver a la gestión nacional de la mano de Cristina, quien ya los había tenido en su doble mandato.

Ambos reivindican su regreso a pedido de la vice, tanto como a la falta de vínculos con los ministros Kulfas (su superior inmediato) y Guzmán, quien algo debería tener para decir internamente sobre políticas antiinflacionarias en vez de renombrar salones en el Palacio de Hacienda.

Peronismo profesional

Feletti y Giorgi arrancaron golpeando la mesa a los empresarios de alimentos, dejando a su antecesora Paula Español (una kicillofista desterrada ahora en un cargo inexistente en el Ministerio del Interior), casi como un Adam Smith con pollera.

En esta nueva/vieja táctica de intentar parar el aumento de precios imponiendo congelar precios (en una economía inflacionaria con tarifas y combustibles ya detenidos en el tiempo), Feletti y Giorgi cuentan con el aparente respaldo de los intendentes del Conurbano.

De hecho, varios de ellos promocionaron en las últimas horas –con foto incluida– que visitaban supermercados o autoservicios para controlar los precios. Como lo explicó en privado uno de ellos, queda bien con Cristina y con su electorado, pero deja en claro que no va a perseguir a ningún comerciante “después de la malaria que tuvieron con la pandemia: soy verticalista, pero no boludo”. Ajá.

Acaso ese pragmatismo también explique que muchos de ellos han municipalizado la elección, lo que difiere de la estrategia PASO de nacionalizarla o provincializarla. Tolosa Paz siente que hasta le sacaron el banquito en la pelea.

Algo similar les pasa a la mayoría de quienes tienen una candidatura del FdT. Lo pueden firmar los de Chubut (quienes pasaron un papelón con los cuestionamientos a Alberto Fernández y a su gabinete días atrás) o los de Río Negro, encantados con la obtusa mirada del gobierno central frente al conflicto con grupos violentos que dicen defender la causa mapuche.

Ante tamañas interferencias, va toda nuestra solidaridad para con Antoni Gutiérrez-Rubí, el estratega post PASO de la campaña oficial.