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Un primer paso: por qué Google y Facebook deben pagar por los contenidos periodísticos

Un ejemplo es Google Showcase, que responde a dos reclamos históricos de los medios: que el contenido periodístico tiene valor, como también la edición humana (frente a la jerarquización puramente a través de algoritmos).

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Un primer paso. | Joaquín Temes

Desde hace años se está librando una batalla entre algunos de los grandes medios del mundo y las grandes plataformas tecnológicas, principalmente Google y Facebook. Esta lucha fue in crescendo, con pocos adeptos en los primeros años para llegar a ser parte del discurso mainstream de las asociaciones de medios en todo el mundo. El centro de la cuestión es el valor de los contenidos periodísticos en el mundo digital, donde los usuarios se acostumbraron a consumir todo gratis.

Google y Facebook argumentaban que eran meros “caños neutrales” a través de los cuales fluía la información, pero dejaban de lado el hecho de que habiéndose convertido en los guardianes de acceso a internet, habían construido verdaderas máquinas de imprimir dinero en base a la venta de publicidad digital apalancada sobre los datos personales de los usuarios. Los medios, en cambio, plantearon la importancia del periodismo en las sociedades democráticas, frente a la amenaza cada vez más cercana de que la transición digital se lleve puesto al sector. En este contexto, el nivel de concentración les daba a las grandes plataformas un poder oligopólico con el cual competían deslealmente, exprimiendo a los medios –con quienes competían en el mercado de publicidad digital– hasta la extinción.

Showcase responde a dos reclamos históricos de los medios: el contenido periodístico tiene valor y también la edición humana

Esta semana, Google anunció entre bombos y platillos el lanzamiento de un nuevo producto informativo llamado News Showcase, al cual ya se habían “asociado” 450 medios a nivel global, cuarenta de ellos en Argentina, entre los cuales están Perfil, Clarín y La Nación. Como dice en el blog de Google, la idea es licenciar una cantidad de contenidos de los medios seleccionados, pagando tanto por contenidos de calidad como por su curación. Showcase responde a dos reclamos históricos de los medios: que el contenido periodístico tiene valor, como también la edición humana (frente a la jerarquización puramente a través de algoritmos).

Que Google finalmente acepte que debe pagar por los contenidos periodísticos es un paso gigante en el conflicto entre los medios y las plataformas después de tantos años negándose a hacerlo. “Nunca vamos a pagar por un click”, decían. También es valioso que reconozcan que la edición y curación humana de los contenidos ofrecen al lector un criterio distinto a la selección algorítmica que muchas veces premia contenidos y sitios de bajo calibre, en ocasiones aportando a la degradación del ecosistema y facilitando tanto el fraude digital como al crecimiento de la desinformación (las mal llamadas fake news o noticias falsas).

Pero sigue siendo un primer paso. Poco importa que Google se apresure a lanzar Showcase cuando la presión regulatoria y jurídica en varios países de la Unión Europea y Australia se materializa como un riesgo real para su modelo de negocios. En Alemania, Francia, Brasil, Reino Unido, Japón y Argentina –todos países en los que lanzaron Showcase–existen distintas investigaciones, proyectos de ley o medidas que analizan la concentración de mercado de Google y/u obligan a la empresa a remunerar justamente a los productores de contenidos periodísticos. El lanzamiento de Showcase valida las premisas fundamentales del reclamo histórico de los medios, que también deben hacerse cargo por no haber podido adaptarse mejor a la disrupción fenomenal que causó internet y que destruyó el modelo tradicional del papel.

Eso no quita que las plataformas abusan de su poder en detrimento de la salud del ecosistema informativo actual en países como EE.UU., los miembros de la Unión Europea y Argentina. Google y Facebook son las principales fuentes de audiencia de la gran mayoría de los medios del mundo y a la vez concentran hasta el 70% del mercado de publicidad digital en EE.UU., donde hay más competencia que acá. Como bien planteó Daniel Kretinsky, dueño del diario francés Libération, el mismo acuerdo que Google les plantea a los medios con Showcase es una demostración de su poder de mercado, ya que busca “comprar a los medios, imponer su voluntad y su modelo”. Kretinsky critica la oferta monetaria unilateral de Google utilizando una fórmula “caja negra” que solo ellos conocen, la selección arbitraria de cuáles medios pueden participar del programa y que “las empresas que acceden a firmar con Google deben renunciar al derecho de reclamar por los pagos estipulados por ley, si es que llega, o por orden judicial”. Kretinsky indica que la empresa norteamericana ofreció una suma de treinta millones de euros para toda la industria periodística francesa, absolutamente insuficiente y mucho más cuando se la compara con los dos mil millones de euros anuales que generan en el país.

Para un ecosistema informativo saludable se necesitan medios económicamente sustentables, algo imposible en un contexto oligopólico

Kretinsky puede darse el lujo de no firmar el acuerdo con Google ya que tiene un patrimonio neto de unos US$ 3.400 millones en base a los números de Forbes, pero la mayoría de los medios argentinos no están en condiciones de dejar plata sobre la mesa. No solo deben afrontar la crisis global del sector periodístico, sino que además está la coyuntura argentina de crisis permanente con inflación, devaluación, caída del producto bruto y pérdida de poder adquisitivo de los consumidores.

Si creemos en el valor de la prensa en las sociedades democráticas, es importante que este primer paso no sea el único. Para luchar por un ecosistema informativo saludable necesitamos una pluralidad de medios económicamente sustentables y esto no es posible en contexto oligopólico. Todas las grandes plataformas que componen el ecosistema, incluyendo Facebook, tienen que pagar por su usufructo de los contenidos periodísticos. Y para eso es necesario que el Congreso avance a paso firme con una ley justa e independiente que regule el ecosistema informativo digital.