Multitudinaria y pacífica, la concentración oficialista en Plaza de Mayo demostró que no era un incomprensible festejo electoral por la derrota del domingo, sino un respaldo al presidente Alberto Fernández para que encare los dos años que le quedan de mandato con el Frente de Todos unificado. Valga la redundancia: Alberto Fernández está débil y la coalición gobernante, con alta tensión interna.
Más allá de la liturgia y los eslóganes de ocasión, el discurso recuperó la moderación y el llamado al diálogo y a los consensos, con la mira de un Congreso Nacional que, desde el 10 de diciembre, se verá paralizado sin esa predisposición por parte de la mayoría de sus integrantes, tanto en un Senado que ya no manejará Cristina Kirchner a piacere como en Diputados, donde también se instaló la paridad de fuerzas.
Fue explícito al relevar de los compromisos dialoguistas a quienes, desde el vamos, se mostraron reacios: Mauricio Macri y Javier Milei: “Que Macri se quede haciendo negocios con sus amigos y los que niegan el terrorismo de Estado se queden donde están”. Y decidió no poner a nadie en el aprieto de considerarlo un opositor preferido: “Sé que hay muchos dirigentes de la oposición que tienen vocación de diálogo y consensos”, dijo.
Fernández: "Si Macri no quiere hablar, que se quede con sus amigos solo haciendo negocios"
Queda abierta la incógnita sobre cuál será el formato de tal diálogo nacional. ¿Será un paquete de leyes para que ese “nuevo” Congreso las debata y sancione? ¿Será en torno del “plan plurianual” anunciado al finalizar las elecciones del 14N, con el fin de darle sustentabilidad política y previsibilidad al acuerdo con el FMI? En el análisis de esa “letra chica”, cuando esté disponible, radicará la revelación final del sentido de este acto, tanto como el afinamiento de las expectativas para el corto plazo. Fernández juró “cumplir en estos dos años lo que impidió la pandemia” y se comprometió ante una concurrencia mayoritariamente sindical y territorial a que “el salario no será la variable del ajuste”, dando por hecho que ajuste habrá.
Las frases más destacadas de Alberto Fernández en la marcha de apoyo al gobierno
En esta Argentina de la campaña electoral permanente, no podía faltar la zanahoria del 2023. A priori, suena contradictorio lograr un clima de pacificación dialoguista mientras se lanza la carrera para la sucesión presidencial. Habrá que ver cómo funciona eso. Lo concreto es que Alberto Fernández celebró “las diferencias y el debate internos porque así es la democracia y eso enriquece la unidad” y les dio un horizonte bastante preciso: “Que el próximo presidente sea elegido primero en la interna del Frente de Todos”, dijo, anticipando unas PASO para elegir a su sucesor.
Y le preasignó un significado histórico múltiple al año 23, cuando “se cumplirán 50 años de la elección de Perón tras su regreso al país; 40 de democracia, desde que ganó Alfonsín; y 20 años desde que ganó Néstor Kirchner”. Para venir de una derrota, digamos que la jugada no le salió para nada mal. Claro que no juega solo. Mucho menos en la mejor condición.