A la par de la pandemia, la situación de las agencias de viajes y hoteles tiende a agravarse y con una de las consecuencias menos deseadas: reducción de personal. Una realidad que comenzó a notarse a fines de 2020 pero que en los últimos meses se hizo más palpable.
Habría que recordar algunos aspectos que inciden en la marcha de los negocios vinculados al turismo, como el año que pasamos en pandemia durante el cual las actividades –por lo menos hasta noviembre– fueron prácticamente nulas.
En ese periodo, casi todas las empresas con empleados formales recibieron la ayuda del programa ATP, que les permitió cubrir buena parte de los salarios, pero en noviembre el Gobierno nacional creó el Programa de Recuperación Productiva II (Repro II) para sostener el empleo, que reemplazó al ATP.
En principio, el Repro II contemplaba el pago de $9.000 mensuales a cuenta de las correspondientes remuneraciones y cubría dos meses, pero los reclamos del sector y la grave situación de las empresas, hizo que fuera extendido y aumentado.
Ahora, la semana pasada, el ministro de Turismo Matías Lammens confirmó la ampliación del Repro II para el turismo, con una cifra fijada en $12.000 y un complemento de $4.000, con lo que el total es $16.000, retroactivo a enero y vigente “por lo menos” hasta mayo.
Al tratar de conocer la opinión de los empresarios del sector, las respuestas que recibió PERFIL CÓRDOBA fueron desde una lacónica “no alcanza para nada”, a una terminante “van a quedar muchos en el camino”.
Reducción de personal
Un dirigente empresarial cordobés arrancó diciendo: “La situación en el sector es muy mala, el nivel de despidos es terrible, una empresa grande de Buenos Aires que tenía 150 empleados, se quedó con 50 y otra, con una plantilla de personal de 160 la redujo a 100. Y estoy hablando de agencias muy importantes, ‘con espaldas’ para aguantar, así que imagínate las más chicas, con menos o ninguna fortaleza financiera y que hace un año no facturan casi nada”.
“Y acá en Córdoba también, está ocurriendo algo similar”, precisó y cuando se le recordó que no están permitidos los despidos, indicó: “Sí, claro, pero se hace con todas las argucias existentes, como retiros voluntarios, acuerdos con los empleados, renuncias, etcétera, pero está ocurriendo. Lo que pasa es que no se sabe o no se dice porque resultaría contraproducente para el mercado, que es muy sensible y ya viene golpeado”.
Si bien admitió que desde fines de diciembre 2020 y en enero y febrero se había trabajado “un poco”, aclaró que “el escaso movimiento que hubo fue directo a los hoteles, sin pasar por las agencias de viaje”.
Y los hoteles, agregó, “también están trabajando prácticamente al costo, cobrando tarifas que no rinden e incluso algunos trabajando para salir hechos o para mantener su nómina de personal”. En ese orden, enfatizó: “Algunos están al límite, otros decidieron no abrir y están los que directamente cerraron”.
De hecho, en una reciente reunión de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) con el ministro Lammens se le planteó “la necesidad de establecer esquemas impositivos que sean accesibles para un sector que está endeudado y sin posibilidades de afrontar nuevas exigencias, así como también la posibilidad de reducción de ciertas alícuotas que podrían ser beneficiosas para el sector”.
En cuanto a las agencias de viaje cordobesas, el empresario puso como ejemplo una que contaba con una plantilla de 47 empleados y se quedó con 11; otra, con 36 trabajadores redujo la cifra a seis. “Las reducciones de personal alcanzan en algunos casos al 80%”, expresó.
En cuanto al futuro, señaló: “No se pueden hacer previsiones, porque no se sabe cuándo abren las fronteras o cuándo las cierran, de qué países pueden venir turistas y de cuáles no, o sea, la actividad está muy complicada y si ya quedaron varios en el camino, ahora van a quedar otros más”.
“Yo hasta octubre no le veo una salida a esta situación, salvo que se logre vacunar a la mayor parte de la población y siempre y cuando se pueda hacer a tiempo, antes que llegue la segunda ola o el rebrote, porque lo que yo veo es que la gente no lo está tomando con la seriedad y responsabilidad que merece el tema”, sentenció finalmente.
Un gesto
Otro empresario, propietario de una agencia y dirigente sectorial, coincidió en que lo del Repro II “no alcanza para nada pero, además, el complemento ni siquiera es de $8.000 que anunció Lammens la última vez que vino a Córdoba; con eso más los $12.000 básicos del programa, hubiéramos llegado a $20.000 y ahora solo serán $16.000”, destacó.
“Con el ATP estábamos más o menos en la mitad de los sueldos, pero con el Repro II de $12.000 y el complemento de $4.000 no alcanza al 30% del monto de los salarios”.
Los trabajadores de las agencias de viaje están contemplados en el convenio de mercantiles y según el último acuerdo alcanzado el salario básico es de $57.000 mensuales.
–¿Van a hacer algún reclamo a nivel institucional?
–No, no creo, porque somos conscientes que el Ministerio tampoco tiene mucho margen para ofrecer más. Lo tomamos como un gesto de buena voluntad, pero ante la gravedad de la situación como ayuda no existe y solo alcanza a ser un paliativo.
El negocio de los PCR
“A mí esto me abruma. Ahora, con el tema de los viajes estudiantiles, culpan a las agencias de viaje, pero lo que es seguro es que hay un negocio atrás de todo esto”, advirtió uno de los empresarios consultados. Y puso como ejemplo lo que sucede en México (Cancún y otros lugares) con los viajes estudiantiles: “Tienen armado el negocio, hay toda una organización que les vende el hisopado con resultado negativo por US$ 40. También lo estuvieron haciendo en Miami, pero las autoridades ya desbarataron a la banda que lo hacía”.
“Pero eso es tan grave como que la gente se preste a ese juego. Si te dicen que a determinados destinos es peligroso viajar y te vas lo mismo, bueno, esto se va a complicar más todavía”, afirmó.