Cuesta pero se avanza. Si bien el Poder Judicial es el ámbito en el que más ha crecido el número de mujeres y en el que la proporción es mayor comparado con el resto de poderes, estas siempre chocan con un techo de cristal. No hay tantas magistradas y menos aún se las encuentra entre las máximas autoridades.
Por eso la foto que la Justicia Federal de Córdoba proporcionará el año próximo es más que significativa. Serán tres mujeres las que encabecen, por primera vez en la historia local, los tres tribunales colegiados de la jurisdicción. Liliana Navarro fue electa presidenta de la Cámara Federal de Apelaciones 2020; Carolina Prado ejercerá la presidencia del Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) y Noel Costa lo hará en el TOF2.
El avance femenino más notorio se dio en los últimos cuatro años. A fines de 2014 asumieron dos mujeres como camaristas federales: Navarro y Graciela Montesi, actual presidenta del cuerpo. Y recién a mediados de este año juraron como nuevas vocales de tribunales de juicio Costa y Prado. Hasta su incorporación a los TOF no había mujeres entre esas vocalías, ya que eran espacios reservados exclusivamente a los hombres.
Y si bien creció, la presencia femenina sigue siendo minoritaria.
En el país. Según el mapa de género interactivo que publica la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el último registro arroja los siguientes datos: el sistema de justicia está conformado por un 57% de mujeres. Sin embargo, esa alta participación está concentrada en el personal administrativo (61%) y en el funcionariado (62%), por lo que se reduce drásticamente en la magistratura, defensorías y fiscalías (44%). Y todavía es más acotada la participación femenina entre las máximas autoridades judiciales de cada distrito (27%).
Estos números también exhiben una realidad significativa: las mujeres pueden ascender mientras tengan garantizada una carrera judicial, pero el techo es difícil de perforar cuando hay concursos donde intervienen los Consejos de la Magistratura y los otros dos poderes: el Ejecutivo que propone y designa, y el Congreso que presta su acuerdo.
Justicia provincial. Las proporciones inversas, comparando los estamentos administrativos y de funcionarios se repiten en la estructura de los tribunales de la Provincia de Córdoba.La estadística actualizada sigue demostrando que las mujeres son mayoría (en algunos casos la diferencia es amplísima y hasta duplica la cantidad de hombres) en tareas administrativas y entre funcionarios. Con la única excepción del Ministerio de la Defensa Pública donde hay 42 asesoras letradas y 39 asesores; en el resto (Fiscalías, Jueces y Vocales de Cámara) los hombres ganan numéricamente.
JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GENERO
La problemática de la paridad de género está vinculada a las políticas de perspectiva de género. En particular, en lo que refiere a la Justicia, al asumir la presidencia de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (Amja) la cordobesa Aída Tarditti, afirmó que “queremos más mujeres en la Justicia que tengan perspectiva de género”.
Más mujeres, sí, pero también más investigaciones y juicios que tengan en cuenta la profunda asimetría que padecen el género femenino.
En Córdoba se aplica un protocolo utilizado por la Oficina de la Mujer del TSJ para la confección de la Guía Práctica para juzgar con perspectiva de género.
En la Justicia Federal, por su parte, la Corte Suprema viene trabajando a través, también, de su propia Oficina de la Mujer, en la incorporación de una mirada con esta perspectiva. Se desarrolla en talleres donde se discute el tema en diferentes claves como el lenguaje, delitos afines, entre otras cuestiones.
El domingo pasado PERFIL CORDOBA publicó cómo se aplicó una mirada que tiene en cuenta la particular vulnerabilidad de mujeres en juicios de desalojo. En esta misma edición también mostramos una condena por un aborto clandestino que contiene en su análisis los padecimientos que atravesó una mujer por violencia obstétrica.