Perfil
CóRDOBA
AGENDA PRODUCTIVA

La Argentina que no despega: por qué Artana dice que sin reforma laboral no hay futuro

Ante inversores, el economista de FIEL advirtió que la productividad argentina está “congelada hace 50 años”, que el empleo no crecerá sin cambios profundos y que el Gobierno necesita modernizar la legislación laboral para evitar que la economía vuelva a chocar contra sus propios límites.

17-12-2025ref0
DEBATE CENTRAL. Mejorar la productividad es “el elefante en la sala” que todavía sigue sin plantearse. | Cedoc

En plena discusión por la reforma laboral que el Gobierno de Javier Milei envió al Congreso, la mirada de los economistas vuelve a enfocarse en un viejo problema: la productividad del sector privado argentino y su impacto directo en los salarios y el empleo. En una presentación organizada por Cohen Inversiones, Daniel Artana —economista jefe de FIEL— trazó un diagnóstico que combina avances macroeconómicos, riesgos latentes y un mensaje claro: sin modernización laboral, la economía argentina está condenada a no crecer, incluso si la estabilización avanza.

Artana abrió su presentación con una frase contundente: los salarios reales hoy están 25% por debajo de sus mejores momentos en las gestiones de Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri. Un trabajador promedio que hoy gana $1,5 millones llegó a ganar $2 millones a valores actuales. Ese deterioro explica parte del descontento político reciente y del rechazo social a los ajustes.

Al mismo tiempo, destacó que el Gobierno logró sostener un ajuste del gasto público del orden del 30% real, lo que considera el “ancla económica y política” sobre la cual se sostiene el programa oficial, dada la imposibilidad de acceder a los mercados de crédito.

Tasas imposibles, mora en alza y crédito frenado

Otro de los elementos críticos del año fue el salto en las tasas de interés. El “ruido” generado por cambios desordenados en la política monetaria llevó las tasas a niveles “extravagantes”, provocando subas en la mora bancaria tanto en personas como en empresas. La suba que experimentaron las tasas, remarcó Artana, “muerde” el financiamiento de bienes durables, el capital de trabajo y empuja a las empresas a una zona de estrés.

Esto derivó en un mini credit crunch, con una caída del crédito al sector privado en pesos y una desaceleración en el financiamiento en dólares. Sin embargo, la baja reciente de tasas y la normalización de ciertas variables permitirían una recuperación en la primera mitad de 2026.

En ese marco, FIEL proyecta para el próximo año un crecimiento superior al 3%, apoyado en mejores condiciones financieras y una campaña agrícola favorable.

Mercado cambiario sin equilibrio

Respecto del dólar, el economista planteó que es difícil interpretar el comportamiento reciente debido a una serie de shocks puntuales: adelanto de importaciones por US$6.000 millones, colocaciones de deuda de empresas y provincias, y una dolarización preelectoral que considera inédita. Uno de los puntos clave hacia adelante será la capacidad del Banco Central de recomponer reservas. Artana indicó que existe un potencial “enorme” para acumular divisas si se recupera la demanda de pesos y se avanza en un proceso similar al previsto en el programa con el FMI, que proyectaba reservas brutas de US$90.000 millones hacia 2030.

17-12-2025ref1

Productividad: el elefante en la habitación

El momento más fuerte de la exposición llegó cuando Artana abordó un diagnóstico estructural que, según explicó, condiciona cualquier plan económico: la productividad laboral argentina es la misma que hace 50 años. Mientras el mundo y América Latina avanzaron, Argentina quedó estancada, salvo por el salto puntual de los años ‘90. Según su análisis, en los últimos 20 años, la productividad cayó o se estancó en la mayoría de los sectores: industria, comercio, servicios y actividades profesionales. No es un problema sectorial: es sistémico.

Para Artana, el sector privado hará las inversiones necesarias para recuperar productividad si percibe reglas de juego estables. Pero esto no será gratis: mejorar la productividad puede generar reducción de empleo, a menos que existan instituciones laborales adaptadas para permitir reacomodamientos y nuevas contrataciones.

En esa línea, el economista considera que “la reforma laboral es indispensable” y valora aspectos del proyecto de reforma laboral presentado por el Gobierno. Entre los los que remarca la reducción de costos laborales asociados a litigios, la limitación de adicionales fijados por la justicia laboral, las modalidades más flexibles, como contratos a tiempo parcial, los cambios en mecanismos de financiamiento sindical y las adecuaciones pendientes en riesgos del trabajo, que requieren acuerdo con provincias. Aun así, advierte que el resultado dependerá de cuánto sobreviva en el debate legislativo y de la presión que el sector privado ejerza sobre los gobernadores para lograr mayorías.

Con todo, remarcó que la reforma no tendrá efectos inmediatos: habrá que atravesar litigios, adaptaciones judiciales y procesos de transición. Las instituciones laborales —dijo— son como un transatlántico: cambian lento, pero la dirección que tomen define el futuro del empleo en Argentina.

Empleo en 2026: un rebote con desafíos

Consultado sobre el mercado laboral, Artana sostuvo que el empleo no crecerá sin actividad económica. Y aunque el Gobierno espera un fuerte rebote, la rigidez del régimen actual conspira contra la contratación. En especial, advirtió que los altos costos de despido desalientan las nuevas incorporaciones, la ultractividad de los convenios otorga un poder de veto excesivo a los sindicatos y frena mejoras de productividad, los sectores que más empleo generan —comercio, servicios, gastronomía— son los más afectados por la falta de flexibilidad.

Según Artana, el corazón del debate laboral está en estos sectores, que representan dos tercios del empleo argentino y más del 75% en economías desarrolladas. Allí se juega la verdadera capacidad de generar trabajo formal.

El temor de fondo

El riesgo que más inquieta a Artana es que el sector servicios —el que más empleo genera— aumente su productividad, pero sin un régimen laboral flexible que permita absorber trabajadores desplazados de otros sectores. Si eso ocurre, parte del crecimiento podría ser expulsivo. Por eso insiste en que la reforma laboral es un componente indispensable para que el proceso de crecimiento sea sostenible.

Para el titular de Fiel, Argentina cuenta con una oportunidad para reconstruir estabilidad, recomponer reservas, recuperar el crédito y crecer a partir de mejores condiciones macroeconómicas. Pero advierte que esta ventana puede cerrarse rápido si el país no avanza en las reformas que modernicen su estructura productiva.

El mensaje para inversores fue directo: si la Argentina quiere crecer, necesita reglas laborales del siglo XXI; sin eso, el rebote será corto y volverán los mismos problemas de siempre.