“Sí, es verdad que Martín se reunió con Mauricio Macri. Él llegó de Estados Unidos el miércoles 17 de noviembre, durmió en Buenos Aires y el jueves lo visitó en unas oficinas de Vicente López. El encuentro duró más o menos una hora y media y, obviamente, Juan Schiaretti estaba al tanto de todo. Llaryora le informó antes”.
“Decir que ‘El Gringo’ fue quien bendijo este encuentro, no es faltar a la verdad”, razonó a modo de síntesis un experimentado operador del justicialismo cordobés en la ciudad de Buenos Aires. En el Centro Cívico ninguna voz del riñón schiarettista habló sobre el punto.
Esto vuelve a traer a la primera página del análisis la relación política y personal del gobernador Schiaretti con el expresidente Macri.
Un íntimo colaborador del intendente de Córdoba Martín Llaryora, confirmó el trascendido que fue publicado el jueves por el diario Clarín. Lo que también se filtró es que el jefe del Palacio 6 de Julio habría ofrecido la candidatura a vicegobernador al PRO, aunque tampoco hay que descartar que ese lugar sea ocupado por un radical.
Colaboradores del intendente ya habían deslizado que a Llaryora lo entusiasmaba ser acompañado en la boleta por un intendente radical como Carlos Briner (Bell Ville) o Myrian Prunotto (Juárez Celman). Y habían remarcado expresamente como tercera posibilidad “a una figura del PRO”.
A partir de ese momento, se desató una interesante polémica en Juntos por el Cambio, ya que varios de los socios hicieron oír sus voces, especialmente juecistas y radicales. También en el PRO hubo mucho ruido y, según fuentes del Frente Cívico, a Patricia Bullrich ese encuentro en Buenos Aires “no le gustó nada”.
“Eso le contó Patricia a Luis Juez, con quién se encontró en un programa de televisión en Buenos Aires el jueves último, porque considera que ese tipo de cosas no tiene efecto positivo para nuestra alianza, más bien todo lo contrario porque está segura que mete mucho ruido”, remarcó el vocero del senador nacional.
Hubo reacciones dispares o con matices muy diferenciados. Juez, por un lado, consideró que la reunión fue casi un acto de traición de Macri, a quien responsabilizó por los eventuales efectos negativos. “Eso fue una barbaridad, esas cosas no se hacen”, gritó el senador. De todas maneras, aclaró que este tipo de situaciones no le harán detener su marcha.
Por otro lado, el diputado nacional Rodrigo de Loredo fue mucho más cauto y opinó que la reunión “no fue un hecho grave pero sí preocupante”. Trató de dar por superada la situación y habló del trabajo colectivo para el futuro inmediato.
Algunos hombres del radicalismo estaban desencajados con el hecho, porque consideraban que esta situación es perjudicial para Juntos por el Cambio. “Pasó algo parecido a lo que ocurrió en 1995, antes de la elección presidencial… Los más viejitos se van a acordar”, relató con picardía un veterano dirigente de la UCR.
Y avanzó, como para desempolvar el recuerdo, dando estos detalles: antes de la elección presidencial y de las de gobernador y vice, el entonces jefe de Estado, Carlos Menem, vino a Córdoba para visitar la planta de Arcor en Colonia Caroya. Allí y sin ponerse colorado, bendijo la candidatura a gobernador de Ramón Mestre padre, quien se encontraba en la fábrica, lo cual dejó helados a todos los peronistas presentes, incluidos los integrantes de la fórmula del PJ: Guillermo Johnson y Oscar González.
Exagerado pero no tanto. La comparación es un poco exagerada, aunque tiene una base similar. La gran diferencia es que el de esa visita fue un Menem con picos máximos de popularidad, cosa de la que actualmente no puede jactarse Macri, quien incluso en Córdoba —su principal bastión en todo el país— no tiene las adhesiones que lo acompañaron en el pasado reciente.
Volviendo a la reunión, los llaryoristas contaron que el intendente habló de ensanchar las bases de Hacemos por Córdoba, sumando dirigentes de otros sectores sociales y de otros partidos políticos.
Cuando habló de incorporar a otros partidos políticos reiteró lo que ya había mencionado anteriormente: quiere sumar a figuras del PRO y del radicalismo, disconformes con Juez.
Macri tomó nota de lo que le dijo su interlocutor y después se entusiasmó con la posibilidad de sumar uno de los suyos a la fórmula, según lo transmitido por amigos cordobeses del expresidente, quien días después viajó a Qatar, a la Copa del Mundo de fútbol.
A los juecistas esto no les gustó nada porque piensan que puede convertirse en una cuña entre Juez y De Loredo y podría complicar la chance de un entendimiento total entre ambos dirigentes.
Tratan de no trastabillar en un escenario signado por un delicado equilibrio en el que cualquier ventisca puede tener el valor de un tsunami, en medio de este elenco de figuras que a medida que corren los días se miran cada vez más con recelo y desconfianza.
Optimismo sobre la alianza opositora
Tanto Luis Juez como Rodrigo de Loredo son optimistas sobre la conformación de la alianza opositora para que se firme un reglamento que establezca las reglas de juego para la selección de candidaturas.
El radicalismo, el PRO y la Coalición Cívica quieren que el Frente Cívico firme el reglamento y los juecistas aceptaron a condición de que se resuelva que quien gane la interna sea candidato a gobernador y quien pierda candidato a vice. Eso ya dejó de ser un problema y todos los socios de Juntos por el Cambio están de acuerdo. La interna se resolverá por encuestas o bien por una elección si los resultados no son contundentes.
Ahora, restan resolverse detalles para la firma del acuerdo que estaría listo en pocos días. Se espera que el próximo 17 de diciembre, cuando se realice el Congreso de la UCR, esté todo definido.
