Unos días antes de conocerse el DNU del Gobierno nacional con nuevas restricciones por el avance de la pandemia de Covid-19, entre los empresarios del sector turístico se debatían enfáticamente la necesidad, urgencia y contenidos de una ley de emergencia. El proyecto ya se trata en comisiones del Senado de la Nación, pero las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno aceleraron las conversaciones y la decisión de los empresarios de hacer “una apuesta muy fuerte con los legisladores (senadores y diputados) para que la discusión no lleve meses, que la ley salga ya”.
La opinión coincidente es que las restricciones, si bien son necesarias y se justifican en orden a enfrentar la nueva ola de la pandemia, “sin el apoyo de una ley de emergencia conforman el combo perfecto para los cierres de las empresas del sector”.
El presidente de la Cámara de Turismo de la Provincia, José González, consideró que “antes de fin de mes tendríamos que contar con algunas definiciones, urge lograr soluciones, porque el turismo necesita tener previsibilidad”.
En cuanto a los contenidos de la emergencia, estimó que “sí o sí debe contemplar una exención impositiva hasta el 31 de diciembre de este año y una especie de ‘waiver’ o perdón por las deudas acumuladas en 2020. Es imposible pagar los pasivos generados y no hay empresas que no tengan deudas tributarias”, aseguró.
“Las decisiones –reclamó– tienen que ser contundentes. Antes que nada, declarar la emergencia, cosa que venimos pidiendo hace un año y se va dilatando porque aducen que los otros sectores van a reclamar lo mismo. Pero esos otros sectores tuvieron una mínima reactivación, algunos más que otros, en cambio nosotros no tuvimos nada. Cuando en enero empezamos a asomar la cabeza, llegó marzo y se volvió a parar todo. Además, no fue una buena temporada”.
Puestos de trabajo
Si bien entiende que “se trata de una situación muy difícil, una cuestión sanitaria que hay que atender urgente y que los gobiernos tienen que afrontar”, consideró que “también tiene que mirar los miles de puestos de trabajo que se están cayendo y los que se van a perder, en todas las actividades que hacen al turismo, si no se logran recobrar los flujos de caja”.
Y ejemplificó: “Ahora, la suspensión de los viajes estudiantiles, de egresados, grupales, etc., es el tiro de gracia que nos faltaba. Sin una ayuda de ese tipo, es el acabose para las agencias que quedaron, después de todas las que se cayeron y de lo que nadie quiere hablar”.
También recordó “algo que no se menciona pero hay que tener en cuenta: ¿qué va a pasar con los servicios vendidos en 2019, hasta los primeros meses de 2020, y que no se pudieron prestar? Estamos hablando de cientos de miles de dólares y si los operadores tienen que hacer frente a esos costos sin haber podido recaudar nada, se agrava la situación”.
Programa ATP
Una de las medidas que los empresarios reclaman es que se reactive el programa ATP. González recordó que “ni siquiera está contemplado en el presupuesto nacional de este año” y en cuanto al Repro, opinó que “no alcanza para nada; un trabajador del sector, en el nivel salarial más bajo, inicial, con las cargas sociales, le cuesta al empleador $65.000 por mes y el Repro aporta solo $16.000”.
Por su parte, Gabino Escribano, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica Córdoba, hizo hincapié en que, en una futura ley de emergencia turística, “obviamente no puede faltar la asistencia a los trabajadores” y recordó que “el año pasado, dentro de todo lo malo que fue, por lo menos hubo un programa como el ATP y algunas líneas de financiación para subsistir. Este año ya no hay nada. Ni siquiera sirve la ayuda del Repro, porque las condiciones establecidas son de muy difícil cumplimiento para las pyme y micropyme y no pueden acceder a ese auxilio”.
Respecto al sector que representa, dijo: “En el rubro hotelería y gastronomía, sobre todo en Capital, estamos bastante mal porque este verano no fue lo suficientemente bueno para remontar resultados y no podemos resistir otro parate”.
“Si el Estado va a seguir cobrando impuestos –indicó–, no podremos hacer frente a esas obligaciones. Por ejemplo Epec está reclamando las deudas de marzo y abril de 2020 con lo cual estamos entrando de nuevo en otro ciclo negativo. Y si deciden aplicar una exención impositiva, debería ser retroactiva al 2020. Lo poco que se pudo hacer de caja fue para pagar gastos corrientes y quedaron pendientes los impuestos”, aseguró.
En cuanto a los anuncios del nuevo DNU, consideró que “hubiera sido positivo si estas nuevas restricciones vinieran junto a medidas paliativas para el sector, sobre todo para las pyme; así, lo único que vemos es que se puede agravar la situación y el Estado ni siquiera amaga a facilitarnos la subsistencia”.
Provincia y municipio
En este punto hizo una salvedad: “Nosotros, con la Provincia y la Municipalidad hablamos asiduamente y comprenden que las restricciones por sí mismas, no son ninguna solución y hay que tratar de mantener las empresas abiertas. Por eso creo que tratan que las nuevas medidas sean lo menos duras posibles para la hotelería, la gastronomía y el turismo en general”.
Y ejemplificó: “En el caso de los restaurantes y bares, una o dos horas más de apertura son la diferencia entre existir o cerrar, porque el 75% de la facturación se da después de las 23. Un paliativo bastante importante sería que puedas ingresar hasta las 23 y una vez adentro te puedas quedar. Por supuesto con todos los protocolos que venimos cumpliendo, con 1,50 metros entre mesa y mesa y un máximo de ocho personas en cada burbuja; nosotros también insistimos en mantener el aforo del 50%, como hasta ahora”.