En el transcurso de la semana, Cristina Fernández de Kirchner fue condena a 6 años de prisión por defraudación al Estado por el direccionamiento de la obra pública en favor de Lázaro Báez. La vicepresidenta no irá presa y podrá ser candidata el año próximo porque le quedan instancias de apelación, aunque la propia Fernández de Kirchner se encargó de aclarar que en el 2023 no será candidata “a nada”.
El politólogo Federico Zapata, director de la consultora Escenarios, precisó que “el fallo desde el punto de vista de la opinión pública es bastante relativo, ya que ni quienes están de acuerdo con ella ni sus detractores van a cambiar su opinión”. Sin embargo, remarcó que en los últimos años “ha ido creciendo el número de personas que la considera culpable y hoy es una mayoría importante: 60%, contra 20% que la considera inocente y 20% que no tiene una opinión”.
-¿Qué implica que Cristina se haya bajado de una hipotética candidatura de cara a 2023?
-Me da la sensación de que hay que interpretarlo en el marco de la lucha de Cristina contra su propia centralidad. Si uno mira lo que fue su decisión en el 2019 de no competir y de llevarlo a Alberto Fernández como candidato a presidente, tiene una secuencia un poco similar y eso ha tenido un resultado poco exitoso. Si bien CFK ha tomado la decisión en muchos momentos de la historia de correrse, lo cierto es que la élite política que ella, o el kirchnerismo, construyó está conformada por consumidores y no productores de poder, por lo que esos intentos de sacarse la centralidad no ha sido exitoso, pero eso yo lo planteo más como una pausa.
-¿Usted cree que no es definitivo lo que dijo Cristina?
-Ella encontró en el fallo una excusa para decir no compito, en el marco donde el peronismo en general, salvo en Córdoba, estaba apostando a despegarse de la elección nacional y también que en caso de que la elección nacional la encabezara ella, ya que es la que mejor mide, hay que tener en cuenta que el peronismo está yendo a las peores elecciones de su historia a nivel nacional y la que iba a quedar como responsable de esa situación era ella. Ella ya sabía que estaba condenada, por lo que no estoy de acuerdo que la decisión que comunicó le salió en el momento.
¿Una estrella que se apaga? Consultado respecto a si el Frente de Todos “entra en zona de riesgo” teniendo en cuenta “el experimento” que resultó en la elección de Alberto Fernández como presidente en 2019, Zapata sostuvo que “se está apagando la estrella central que ordenó todo el sistema central del peronismo, y esa estrella, desde el 2008, es Cristina, ya sea electoralmente y demográficamente, se está achicando y eso lleva a tener un desorden en las estrellas que giran alrededor de esa galaxia que se empiezan a chocar”.
En ese sentido, añadió que “la realidad hoy es que la competitividad electoral del Frente de Todos es absolutamente preocupante, está un poco más arriba que el partido de (Javier) Milei, pero hasta podría quedar tercero. Me parece que lo que no está encontrando es una resolución a esa crisis, que es muy profunda”.
-¿Cuánto puede sufrir el FdT no haber encontrado un sucesor?
-Ella apostó sistemáticamente como pocos dirigentes en la historia de la Argentina a construir una sucesión, que básicamente era una apuesta final por La Cámpora y eso no dio resultado. Hoy hay un liderazgo en crisis y alrededor de eso consumidores de poder y una galaxia de gobernadores que, como decía Vasco Amondarain, austeros para el coraje y un peronismo que está yendo a la elección más compleja no solo desde el 2003, sino de su historia.
-¿Qué impacto político puede tener esto?
-Si se confirmara que realmente se esté corriendo, se abren distintos caminos: uno puede ser que si a (Sergio) Massa le salen relativamente bien las cosas, existe la posibilidad que surja él. Hoy, el gobierno es Massa. Es imposible imaginarse un gobierno sin Massa, es lo único que queda de ese gobierno: no gobierna lo que quedó del albertismo y no gobierna el kirchnerismo. Si Massa logra surfear ese experimento inflacionario que no es para nada fácil, se transforma en un actor muy relevante y es como una sucesión pacífica. Ahora, si eso no funciona, Cristina puede intentar, liderando o no, ya que la política es lo que se hace y no lo que se dice, pero va a intentar una opción más radicalizada dentro del sistema, al estilo de Podemos en España, y tratar de irse con una minoría del poder.
A qué juega Macri (¿juega?)
La decisión de Cristina de “no ser candidata a nada” en el 2023, plantea un nuevo escenario en el que ingresa Mauricio Macri. ¿Sin Cristina, se baja Macri? “Es la gran pregunta, porque hay que ver cómo termina esta decisión de la vice porque hay impacto hacia el Frente de Todos y también a la oposición. Cristina jugando era un incentivo a la cooperación, ya que la cohesionaba. Hoy, un candidato con 23 puntos puede entrar al balotaje, es una elección muy parecida a la del 2023.
Ahora bien, yendo a Macri, desde el sector de sus contricantes, (Horacio) Rodríguez Larreta y (Patricia) Bullrich, van a empujar a esa lectura, que en definitiva vamos a una elección sin ninguno de los dos. No me queda claro que eso vaya a hacer Macri. Ambos van a terminar tomando la decisión de acuerdo a cómo estén electoralmente. La Cristina de hoy está débil electoralmente, pero sería muy cauto en decir que esto es una decisión definitiva y si Macri continúa la tendencia de mejora de su imagen, y subrayo esto porque se trata de una mejora leve pero mejora al fin, a mí me parece que la decisión la va a tomar en la recta final. Macri no está jugando para intentar jugar. En ese marco, el gran desafío de Bullrich y Larreta va a ser cómo administran esa mejora relativa de Macri y cómo construyen ese liderazgo fuerte de cara a la sociedad que en el 2023 no va a querer repetir el experimento del 2019 de un liderazgo débil: un Frente de Todos 2. La sociedad no va a querer, por lo que el gran desafío de Bullrich y Larreta es construir un liderazgo. La sociedad no va a votar una coalición, no un liderazgo.