A lo largo de los últimos meses, hemos visto a los servicios médicos, de distintas partes del mundo, enfrentando decisiones de vida o muerte, y, en ocasiones, con escasez de recursos para brindar una adecuada atención a todos los enfermos. También fuimos testigos de pacientes con la angustia de un destino incierto, y sin el consuelo de sus seres queridos debido al aislamiento necesario.
En medio de esta tragedia, también ha habido gestos humanos memorables, como por ejemplo el del personal sanitario, que ha despedido en circunstancias tan difíciles a los pacientes al momento de morir, en nombre de sus familias.
En medio de esta tragedia, también ha habido gestos humanos memorables, como por ejemplo el del personal sanitario, que ha despedido en circunstancias tan difíciles a los pacientes al momento de morir, en nombre de sus familias
En nuestro país, son muchos actualmente los pacientes internados. Las características de la enfermedad, sumadas al cuidado por no propagar las infecciones, ocasionan situaciones que hacen más gravosa la situación de esos pacientes, debido a la falta de contacto con quienes podrían brindarle fortaleza y respaldo.
Especialistas en cuidados paliativos, como la Dra. Mariela Bertolino y la Lic. Noemí Díaz, entre otros, han resaltado la importancia de resguardar el derecho de comunicación entre el paciente aislado y sus seres queridos. Es cierto que se debe evitar el riesgo de contagio, pero también lo es que la tecnología actual permite el contacto a distancia, a través de distintos dispositivos, debidamente resguardados. Esto permite que el paciente se sienta más acompañado y pueda tener noticias de sus familiares; que pueda desahogarse y recibir el consuelo de quienes lo quieren y la fortaleza espiritual, que en ese momento necesita. Hoy en día, en muchas instituciones de salud se facilitan estas situaciones, en la medida de lo posible.
Cuando sea previsible el fallecimiento de algún enfermo, es muy importante que pueda despedirse de sus seres queridos. Esto es una necesidad, tanto del paciente como de su familia, porque es una necesidad humana. No sólo desde la contención, sino que permite reducir los duelos complicados. Incluso existen instituciones que, tomando las debidas precauciones, han permitido el ingreso de un ser querido para que pueda hablar con el paciente y acompañarlo unos instantes. Algo similar debe contemplarse para la atención espiritual del enfermo, si éste lo desea.
Cuando sea previsible el fallecimiento de algún enfermo, es muy importante que pueda despedirse de sus seres queridos
Si bien la pandemia tiene características peculiares que exigen mucha dedicación y esfuerzo por parte de los profesionales de la salud, es muy importante que se tenga presente que, más allá de las lógicas medidas de precaución, no se puede olvidar la visión integral de los pacientes en su atención y cuidado.
En este sentido, es crucial que, quienes atienden a estos enfermos, reciban la orientación y el apoyo de los equipos de cuidados paliativos, que se centran en abordar el sufrimiento del paciente, desde esa perspectiva integral; la parte más humana del cuidado del enfermo.
*Médica de Cuidados Paliativos del Hospital Tornú. Directora del Departamento de Bioética de la Universidad Austral.