"El travelling es una cuestión moral", solía decir Jean-Luc Godard. El director nacido en París, fallecido este martes a los 91 años, afirmaba de esta manera que todo gesto en el cine correspondía a múltiples niveles, de los sentimientos y la política hasta la ética.
Godard era el último gran nombre vivo del movimiento más famoso del cine francés, la Nouvelle Vague, que incluyó a cineastas como François Truffaut y Agnès Varda. Su acercamiento al séptimo arte comenzó en la década de los cincuenta como crítico, al mismo tiempo que rodaba algunos cortos.
Adiós a un ícono del cine: murió Jean-Luc Godard
Pero lo cierto es que Godard ya hacía cine cuando escribía sus críticas y, en el mismo sentido, hacía críticas cuando filmaba sus películas. A pesar de ello y toda su técnica y narrativa de vanguardia, su obra además de experimental fue accesible en su conjunto.
"Sin aliento" (1960)
Su primer largometraje fue "Sin aliento", con guión de Truffaut y protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg. Ya desde su inicio Godard ofreció una innovadora manera de filmar, lo que supuso una revolución gracias a sus técnicas poco ortodoxas, como rodar con cámara en mano o utilizar el estilo documental para una ficción.
"Sin aliento" (Á bout de souffle, en francés) sigue a un ladrón admirador de Humphrey Bogart que intenta ir de Marsella a París en un auto robado, y en el camino mata a un policía e involucra a una estudiante. El crítico Robert Eggers remarcó que a partir del estreno de este film "empezó el cine moderno".
"Vivir su vida" (1962)
En 1960 el cineasta también estreno su segunda película, El soldadito, protagonizada por Anna Karina, actriz con la que se casó al año siguiente y que aparecería en otros de sus proyectos. Uno de ellos es "Vivir su vida" (Vivre sa vie), sobre una joven que abandona a su marido y a su hijo para intentar iniciar una carrera en la actuación en la capital francesa.
Alejándose en este proyecto de "la manera tradicional" de organizar las escenas, contiene una secuencia muy recordada de Anna Karina llorando en el cine mientras ve "La pasión de Juana de Arco" (1928).
"El desprecio" (1963)
Basada en la novela de Alberto Moravia, protagonizada por Brigitte Bardot y Michel Piccoli, contiene la aparición del director Fritz Lang interpretándose a sí mismo. Como una especie de radiografía triste y melancólica de la época, Godard mostró una especie de "reflejo personal" de su relación sentimental con Anna Karina.
En "El Desprecio" (Le Mépris), el matrimonio de un guionista, a quien le encargan re-escribir La Odisea de Homero para su adaptación, se desintegra durante el rodaje de la película, mientras su mujer pasa más y más tiempo con el productor.
"Pierrot el loco" (1965)
Si en la película "Banda Aparte" (que inspiró a toda una generación de directores, como Quentin Tarantino), el francés resumió los temas recurrentes de la Nouvelle Vague, en "Pierrot el loco" (Pierrot le fou) pareció ponerle un especie de "fin" a este movimiento artístico como tal.
Nuevamente con Belmondo como un hombre huyendo -esta vez con la niñera que ha contratado su esposa- vamos de la ciudad a la costa pero se mantiene el vínculo peligroso con la mafia. Del blanco y negro estilo documental, aquí Godard opta por colores en exceso.
"La Chinoise" (1967)
Estrenada un año antes del mayo francés del '68 y ya separado de Anna Karina, el director franco-suizo se unió a Anne Wiazemsky, su segunda musa y esposa, muestra las inquietudes de un grupo de estudiantes que quieren cambiar el mundo, influenciados por el pensamiento de Mao Tse Tung.
Yendo de los trágico a lo poético, con recursos que apuntan a que el espectador aborde la pelícua "más racionalmente", "La Chinoise" (La China) supone una muestra de ese caldo de cultivo social que dio lugar al movimiento.
Godard recibió asistencia para el suicidio
Aunque en un primer momento no se informó la causa de la muerte de Godard, posteriormente un consejero de su familia difundió que el cineasta recurrió a la asistencia para el suicidio.
"Jean-Luc Godard recurrió a la asistencia legal en Suiza para una muerte voluntaria, a raíz de múltiples patologías invalidantes, según los términos del informe médico", explicó Patrick Jeanneret al diario francés Libération, acorde a lo recogido por AFP.
FP / MCP