Pompeya, la antigua ciudad romana sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., podría no haber quedado totalmente deshabitada tras el desastre. Así lo revelan nuevas huellas descubiertas por arqueólogos en el sitio, que indican que el lugar fue reocupado de forma precaria por sobrevivientes y personas sin hogar, según informó este miércoles el Parque Arqueológico de Pompeya.
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A pesar de los enormes daños sufridos por la ciudad —que en su apogeo albergaba a más de 20.000 habitantes— algunos sobrevivientes sin recursos habrían retornado para instalarse entre las ruinas. Estos regresos estuvieron acompañados por otras personas desplazadas, provenientes de distintas regiones, que buscaban refugio y la posibilidad de hallar objetos de valor abandonados durante la evacuación. “Se trataba probablemente de un asentamiento informal, donde las personas vivían en condiciones precarias, sin las infraestructuras ni servicios típicos de una ciudad romana”, detalla el comunicado oficial del sitio arqueológico.

Según los nuevos hallazgos, la vida resurgió en los pisos superiores de las antiguas casas, mientras que las plantas bajas fueron reconvertidas en sótanos donde se construyeron hornos, molinos y otras instalaciones improvisadas. Las autoridades señalan que la zona no fue abandonada definitivamente hasta el siglo V.
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El director del sitio, Gabriel Zuchtriegel, subrayó la importancia del hallazgo: “Gracias a las nuevas excavaciones, emerge una Pompeya posterior al año 79, no como ciudad, sino como un asentamiento precario y sombrío, una especie de campamento o favela entre las ruinas aún visibles de la antigua Pompeya”.

Si bien en el pasado existieron hipótesis sobre una posible reocupación, estas teorías fueron desestimadas durante años por falta de pruebas arqueológicas concluyentes. Ahora, los nuevos indicios brindan respaldo concreto a esa idea.
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Pompeya es uno de los yacimientos arqueológicos más famosos del mundo y, tras ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, se ha consolidado como el segundo sitio turístico más visitado de Italia, detrás del Coliseo romano. Solo en 2024, recibió 4,17 millones de visitantes.
La ciudad antigua cubre 22 hectáreas, de las cuales aproximadamente un tercio aún permanece enterrado bajo capas de ceniza volcánica. Las nuevas excavaciones permiten vislumbrar una etapa menos conocida de la historia de Pompeya: su lenta y dolorosa recuperación tras la tragedia.
LV / EM