Si bien Mi mundo privado, traducción de My Own Private Idaho, la película que Gus Van Sant filmó a comienzos de los 90, se basa en La ciudad de la noche, la novela de John Rechy de 1963, queda un poco lejana esta filiación con ese argumento más interesado en contar la prostitución de hombres que no se reconocen como gays. En todo caso, el guión original que escribió el cineasta norteamericano en 1970 quedó pegado a esa historia y sufrió las modificaciones del tiempo hasta llegar al film que es más que nada una historia (triste) de amor, de locura y quizá de muerte entre dos bellezas como fueron Keanu Reeves y River Phoenix, los jóvenes protagonistas eternos de ese romance desencontrado.
A lo que sí siguió imantada fue a la canción que Van Sant escuchaba mientras manejaba y le dio ese título magnífico: “Private Idaho”, de los B-52’s, aunque no está incluida en la banda sonora. El tema juega con el nombre del estado del país de América del Norte como una metáfora surrealista para una disposición personal aislada, una situación paranoica, mientras advierte del peligro de caer en una pileta sin fondo. No es literal, aunque su compositor Fred Schneider dijo algo sobre el significado de la canción: “Idaho es un estado bastante misterioso para todos nosotros. Sé que es un lugar hermoso, pero también sé que hay muchos derechistas extremistas y todo eso. La canción habla de muchas cosas diferentes. No es una parodia de Idaho ni nada por el estilo.”
El título de la primera exposición institucional de Ulises Bei-sso fuera de Uruguay, su país de nacimiento, es, nuevamente, Mi mundo privado. Imposible no conectar con esas alusiones al cine, a la música y la literatura. Sobre todo, con ese universo amoroso y trágico que se deriva de sus composiciones coloridas, modeladas en la intimidad, pero para dar cuenta de una posición biopolítica, de una militancia por los derechos civiles y una perspectiva de reivindicación como homosexual en un tiempo y un espacio bastante reactivo.
El contexto cultural rioplatense de los años 80 y comienzos de los 90 fue propicio, a su vez, para esta creatividad que conecta con los afectos, la disidencia, al tiempo que construye un imaginario bastante reconocible, tanto en Beisso como en otros artistas de su generación.
Nació en Montevideo en 1956 y murió en 1996: 46 años en los que produjo centenas de obras, fue ilustrador y diseñador gráfico en los Cuadernos de Marcha, una publicación mensual de carácter monográfico que abordaba temas diversos como filosofía, historia, literatura, política y relaciones internacionales que continuó el trabajo de Marcha, el mítico semanario dirigido por Carlos Quijano, con Juan Carlos Onetti como secretario de redacción. Beisso era nieto de Quijano y participó de la publicación que tuvo dos momentos: México (1977-1984), país de exilio de Quijano, y nuevamente en Montevideo entre 1985 y 2001.
Mi mundo privado vuelve a aparecer escrito con su letra en un cuaderno de bocetos. Una suerte de diario íntimo, rúbrica de ese universo redescubierto a partir de la restauración e investigación de su legado guardado por su pareja y su madre. Tal como escribe su curador, Martín Craciun, hoy se puede ver en la sala del museo “dos momentos principales de su carrera. Por una parte, se exhiben sus mundos fantásticos –también llamados por él mismo ‘Rituales Dorianos’–, donde la sexualidad y los imaginarios confluyen con referencias mitológicas clásicas y una figuración llena de color y expresividad. Por otra, se presenta ‘Imágenes de lo (mí) escondido’, serie en la que el artista muestra una madurez artística y una oscuridad propia del fin de su vida, donde la crítica a una sociedad que lo discrimina por su condición homosexual y la evolución de su enfermedad lo llevan a producir un cuerpo de obra de una potencia y riqueza visual tan cuestionadora como inspiradora.”
La canción que sí está en la banda de sonido de la película de Gus Van Sant es “Cherish”, de Madonna, y en ella se usa esa palabra, “valoro” o “aprecio”, para describir todo el sentimiento que tengo escondido aquí dentro para vos. Algo que Ulises hubiera corroborado también.
Ficha de la muestra
Ulises Beisso
Mi mundo privado
Curador Martín Craciun
Hasta el 10 de noviembre de 2025
Sala 3, Nivel 1
Malba, Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415 - CABA