Este jueves, 4 de septiembre, la Ciudad de Buenos Aires inauguró un centro cultural abierto al público tras la puesta en valor del edificio de La Prensa, actual sede de la Casa de la Cultura (Avenida de Mayo 575) y un ícono arquitectónico.
La recuperación de este patrimonio implica integrarlo a la vida cultural del microcentro porteño. El nuevo espacio cultural incluirá la apertura del Pasaje de los Carruajes, un corredor que por primera vez en el siglo XXI permitirá atravesar el edificio desde Avenida de Mayo hasta Rivadavia.

“Pocas cosas nos dan tanta identidad y potencia como la cultura, y pocas cosas son una inversión tan relevante. Somos una Ciudad que vibra y late cultura. No tengo dudas de que somos la Ciudad más linda del mundo”, sostuvo Jorge Macri, junto a la ministra de Cultura, Gabriela Ricardes. Y agregó: “Este edificio es un patrimonio arquitectónico y cultural excepcional. Lo raro es que se lo denominaba Casa de la Cultura pero estaba abierto solamente a quienes trabajaban en él. Eso es no entender que la cultura ocurre cuando los ciudadanos la disfrutan. Ahora va a estar abierto todos los días y estamos muy felices”.
16 personas mayores fueron elegidas para desempeñarse como orientadores en la boletería y en el Salón Dorado, donde se harán espectáculos. También habrá visitas guiadas. “Hicimos una selección de gente retirada del trabajo que hoy vuelve a trabajar. Este lugar es parte del cambio cultural que queremos: en la Ciudad, nadie es descartable”, dijo el Jefe de Gobierno.
Este espacio, pensado originalmente para carruajes, se convertirá en un nuevo punto de encuentro que conectará la historia del edificio con el espacio público, en diálogo con el Pasaje Roverano ubicado justo enfrente.

En este sentido, Ricardes expresó: “Recuperar espacios como la Casa de la Cultura es, ante todo, devolver a la Ciudad su capital simbólico, un patrimonio cultural que nos define y conecta. Estos lugares no solo son emblemas arquitectónicos. Son espacios de encuentro que nos representan a nivel local e internacional”.

Con la reapertura, el edificio pretende ser un espacio cultural con foco en la vanguardia, el periodismo y la modernidad. Además de visitas guiadas, habrá actividades artísticas en los subsuelos y un nuevo bar en el patio central, denominado El Periódico.

Al nuevo espacio cultural se sumará la Biblioteca Tomás Eloy Martínez. De esta manera, por la tradición periodística del edificio, se pondrá el acento en la oferta de actividades vinculadas al mundo de la prensa, la literatura y la creación contemporánea. Además, recibirá funciones teatrales y actividades que hoy forman parte de la programación del Centro Cultural San Martín, actualmente en obra.
La restauración
La intervención del edificio alcanzó más de la mitad de los 12.522 metros cuadrados del inmueble. Incluyó la restauración del patio central, la impermeabilización de los subsuelos y la recuperación del Pasaje Ana Díaz.
También se instalaron sistemas contra incendios, se renovó la fachada y se restauró el histórico lucernario, con la reposición de 1.463 piezas de vidrio y la consolidación de su estructura metálica. En cada etapa se respetaron los materiales y colores originales, con la participación de especialistas en arqueología y patrimonio.
En resumen, entre los trabajos realizados se destacan:
● La recuperación de las salas de exposición en el subsuelo
● La restauración del Pasaje de los Carruajes
● La puesta en valor del hall central y el muro de placas conmemorativas
● Una prueba piloto de restauración de fachada, que marca el comienzo de una nueva etapa de recuperación
● Restauración integral de la lucarna central
● Pintura integral recuperando la paleta cromática original
● Y obras técnicas necesarias para la seguridad y buen funcionamiento: instalación eléctrica y sanitaria, impermeabilización de subsuelos, instalación contra incendios y reparación de veredas.
El edificio fue construido entre 1895 y 1898 por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza bajo el encargo de José C. Paz, fundador del diario La Prensa.
Desde sus inicios se destacó por su innovación: fue de los primeros del país en tener ascensor y contaba con un sistema de correo neumático. Declarado Monumento Histórico Nacional, en 1951 fue expropiado y cedido a la Confederación General del Trabajo, y con los años pasó a convertirse en sede de la Casa de la Cultura porteña, consolidándose como un ícono patrimonial y cultural de la Ciudad.
Con su estilo Beaux Arts, el edificio de La Prensa conserva tesoros de la arquitectura porteña como el Salón Dorado inspirado en Versalles, el lucernario central y en su fachada la escultura de Palas Atenea, símbolo de la sabiduría y la verdad, junto al reloj Paul Garnier. Además, abundan los murales pintados a mano, grupos escultóricos, mobiliario de época y ornamentaciones originales, que vuelven a cobrar vida tras la puesta en valor para que este espacio sea un lugar de encuentro, historia y creación artística.
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