CULTURA
a quince años de su muerte

El legado de Leni Riefenstahl sale a la luz

El archivo de la actriz y directora de cine preferida de Hitler se encuentra en el Museo de la Fotografía de Berlín. Incluye fotos, películas, cartas, documentos y hasta vestidos.

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Leni. Con Hitler, a comienzos de 1930. | cedoc

Entre los no menos de 700 documentos desconocidos de la Alemania nazi depositados en la casa de la actriz de cine mudo, directora y fotógrafa Leni Riefenstahl, la innovadora cineasta preferida de Adolf Hitler y Joseph Goebbels, fallecida en 2003 a los 101 años, el Museo de Fotografía de Berlín ha comenzado a sacar a la luz imágenes inéditas solo conocidas por su círculo íntimo. Esta institución se encarga provisoriamente de las fotografías, films (hay cajas de rollos de películas que proceden de la década de 1920), documentos y cartas que componen el legado inédito. Según el periódico británico The Guardian, este museo se encuentra muy cerca del cine Ufa Palast, el lugar donde durante los años 30 del siglo pasado se estrenaron las películas propagandísticas del régimen nacionalsocialista dirigidas por Riefenstahl, no solo admirada por los nazis sino también reconocida en la época por premios internacionales. El material escrito de la colección será puesto más adelante bajo custodia de la Biblioteca Estatal de Berlín.

En febrero pasado la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano dio a conocer que había alojado en su sede de Berlín no menos de 700 cajas de cartón conteniendo el legado de Riefenstahl, con documentos de todo tipo, material cinematográfico, fotografías, escritos, diarios personales y correspondencia, e incluso su traje de buzo y vestidos. La donación fue realizada por la secretaria y única heredera de la cineasta, Gisela Jahn, quien había recibido las cajas como herencia tras la muerte en diciembre de 2016 del camarógrafo Horst Kettner, el marido de Riefenstahl. Como esta nació en Berlín, Jahn eligió la ciudad para resguardar las piezas que estaban en la casa del matrimonio, a orillas del Lago Starnberg, no lejos de Munich. A poco de conocerse la donación de Jahn,  el director de la Cinemateca Alemana, Rainer Rother, declaró que Riefenstahl (a la que ha dedicado un libro) había aportado un “trabajo estético indiscutible” al arte del cine.

Portada de la revista Time en 1936, indiscutiblemente Riefenstahl deslumbró como la gran artífice del cine de propaganda de la Alemania nazi. Entre esas películas se destacan La victoria de la fe (1933), El triunfo de la voluntad (1934), ¡Día de la Libertad! Nuestras fuerzas armadas (1935) y la premiada y criticada Olympia (1936). Después de la guerra, la filmografía de Riefenstahl se reduce a dos largometrajes: Tiefland, una adaptación rodada en 1940 pero presentada en 1953 de Terra baixa, del escritor catalán Angel Guimerá, e Impresiones bajo el agua, un documental sobre la vida submarina estrenado medio siglo después. En 1948 fue absuelta por los tribunales de desnazificación de toda culpabilidad criminal y declarada como una simpatizante del nazismo, aunque su reputación artística se lesionó. A partir de 1950 inició una nueva etapa como fotógrafa. Entre 1962 y 1977 dio a conocer una obra fotográfica sobre un pueblo africano, los Nuba, de Sudán. Riefenstahl rechazó haber adherido al régimen nazi, alegando que sus películas habían sido meros productos profesionales.

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La colección en posesión de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano está valorada en varios millones de euros.