CULTURA
escandalo

Gay Talese: la falta de credibilidad

El escritor no promocionará su libro El motel del voyeur, en el que cuenta la historia del dueño de un motel que espiaba a sus huéspedes. El Washington Post desmontó la historia.

Sin control. Gay Talese y, a la derecha, David Remnick, editor de The New Yorker.
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Gay Talese, el periodista estadounidense de 84 años, está en problemas. El celebrado periodista, autor de libros como Honrarás a tu padre y Los hijos, acaba de desautorizar su nueva obra, que estará en las librerías el 18 de julio. Se titula El motel del voyeur (The Voyeur’s Motel), y viene anunciado como develador de cientos de historias que habrían ocurrido en un motel de Aurora, Colorado, en el que su propietario espiaba furtivamente, mediante la utilización de pasadizos ocultos, a los que se alojaban allí. El sujeto en cuestión se llama Gerald Foos, y durante años le confesó a Talese una serie de hechos, entre los que se cuenta un asesinato del que fue testigo desde su escondrijo. Pero ahora Talese acaba de anunciar que no promocionará el texto por haber perdido la confianza en la fuente de su relato.

“Gerald Foos no es de fiar. Es un hombre deshonesto, totalmente deshonesto”, declaró el jueves pasado Talese al diario The Washington Post. “Hice lo que pude en este libro, pero puede que no fuera lo suficiente”.
Talese había sido contactado por el “deshonesto” Gerald Foos, quien reconoció haber remodelado su hotel para poder espiar las prácticas sexuales de sus huéspedes circunstanciales. Para verificarlo, Talese lo visitó en el motel en las afueras de Aurora, Colorado, durante tres días. En una de esas noches espiaron juntos a una pareja.
Talese es uno de los periodistas estadounidenses más respetados de las últimas décadas dentro y fuera de su país, y sacó a la luz los posibles delitos cometidos en el motel, desde el espionaje hasta la omisión de un asesinato a las autoridades acontecido en una de esas habitaciones.

Pero las investigaciones llevadas a cabo por el Washington Post revelan ahora que Foos no sólo no era dueño del motel, sino que tampoco tenía acceso a las habitaciones desde las que espiaba, porque el motel de su propiedad había sido vendido y los nuevos dueños habían reformado el falso techo desde el que supuestamente accedía.

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David Remnick, el director de la revista The New Yorker –conocida por el cuidado que pone al fact-checking–, que publicó hace días un adelanto del libro, le dijo a The Washington Post que no había tenido tiempo de controlar y cruzar toda la información contenida en el libro de Talese. Cosa que en cambio sí hizo The Washington Post. El diario se contactó con Foos y le pidió que confirmara el orden de los acontecimientos dudosos, y el hombre los confirmó. Por ejemplo, Foos le había dicho a Talese que había vendido su hotel a una familia coreana, y en 1980, en realidad, se lo había vendido a Earl y Pamela Ballard, que no son coreanos. También le dijo a Talese que había seguido viviendo en el hotel incluso después de haberlo vendido y haber seguido frecuentando los corredores a través de los que espiaba, cuando en realidad, como confirma el Washington Post después de haber hablado con Earl Ballard, Foos dejó de tener acceso a esos corredores.

El impacto inicial que prometía el libro El motel del voyeur fue tal que hasta el director Steven Spielberg ya había comprado los derechos para, en un futuro, convertirlo en película.