Verano es sinónimo de vacaciones o por lomenos, de relax ante las obligaciones. Y a los amantes de la literatura nos permite tener más tiempo para ponernos al día o encarar alguna lectura atrasada, de esas que quedaron pendientes por privilegiar otras…
Un escritor postergado en mis lecturas siempre fue Manuel Puig. Por mil razones que no podrían sostenerse ni cinco segundos en una charla. Por eso, me animo a proponer dos libros para comenzar a leerlo, o para volver a disfrutarlo: “Boquitas pintadas” y “The Buenos Aires affair”, a pocos días del 90 aniversario de su nacimiento, que se cumplió el pasado 28 de diciembre.
La primera es la historia de Juan Carlos Etchepare, un galán de pueblo que sufría de tuberculosis. Leído hoy, nos hace pensar que Pedro Almodovar no inventó nada. Relato construido como un collage, recopila chismes y comentarios de aquel “Coronel Vallejos” (una versión paródica de su ciudad natal, General Villegas) para relatar la historia. La publicación en 1969 le generó mil problemas al autor, que fue leído por sus vecinos con voracidad y con desesperación por verse retratados (con algún seudónimo) en la novela.
Tal fue el revuelo que causó su publicación que cuando unos años después Leopoldo Torre Nilsson la trasladó al cine, no pudo proyectarse en el pueblo por las amenazas de bomba que recibió la sala, y los vecinos se iban a los pueblos cercanos para ver a Alfredo Alcón, Marta González y Luisina Brando en la piel de los protagonistas de aquella historia.
Si su primera novela “La traición de Rita Hayworth” aludía a General Villegas, en “Boquitas pintadas” se mete de lleno en las historias del pueblo, al punto que el “verdadero” Villegas y sus vecinos, declararon (de hecho) a Puig y a su madre “persona no grata”. Ella es la señalada como principal “fuente” de chimentos pueblerinos. Y al auténtico Etchepare no lo dejaron descansar ni en el cementerio: su familia debió trasladarlo a una tumba con su segundo nombre y su apellido materno para resguardar su descanso eterno…
En nuestra segunda recomendación, “The Buenos Aires affair” Puig ya se mete en una ficción que pasa de lo policial a lo psicoanalítico que parodia al gnénero negro. Fue la novela que le costó el exilio al escritor, censurado y prohibido por el gobierno peronista en 1973 y amenazado por la Triple A, se instaló en México , donde pudo desarrollar el resto de su obra.
Escritor de moda entre sus pares y la crítica literaria de finales de la década del 80, Manuel Puig murió en Cuernavaca en 1990. Me dirán algunos que su obra está algo envejecida y puede ser verdad. Pero bien vale la pena dedicarle unos días para disfrutarla.