Enrique VIII de Inglaterra conoció a su cuarta esposa de la misma forma en que los jóvenes de hoy conocen a sus futuras parejas: a través de una foto. Solo que no lo hizo a través de Tinder, Facebook o Instagram, sino a través de un hermoso retrato hecho por un pintor de la corte. La pintó hermosa y radiante, voluptuosa y una boca perfecta, y el fogoso rey, entusiasmado, apuró los planes de la boda. Pero el retrato de la chica estaba muy alejado de la realidad. Era bondadosa y cariñosa. Pero terriblemente fea. “Antes no me gustaba mucho, pero ahora me gusta mucho menos”. dijo un defraudado Enrique VIII al conocerla. Se casó con ella para no deshonrarla, pero el matrimonio duró poco.
El rey estaba realmente angustiado y se sentía engañado por todos, empezando por el pintor, que disimuló la fealdad de su esposa. Buscó por todos los medios deshacerse de ella sin que se sintiera ofendida. La mujer, que se llamaba Ana de Cléves, fue compensada con castillos, fincas, honores y joyas a cambio de abandonar al rey e irse lo más lejos posible. Con el orgullo herido, Ana obedeció. Dos años después, cuando la quinta esposa de Enrique VIII fue ejecutada por adulterio, algunos consideraron que la "reina fea" podía ser una buena esposa después de todo y sugirieron al rey que volviera a casarse con ella. ¿La respuesta? Un "no, gracias" rotundo.
Este episodio forma parte de "Secretos Cortesanos", una recopilación de 140 historias breves sobre la Realeza. Fruto de varios años de lectura y de investigación, este libro relata los aspectos menos conocidos -y tal vez, los más asombrosos- de la vida privada de reyes, reinas, emperadores, emperatrices y hasta los papas que gobernaron Roma. No se trata de un libro de Historia, sino de historias que reflejan la vida íntima, las extravagancias, los secretos amorosos y las anécdotas más insólitas de personajes como Nerón, Mesalina, Isabel Tudor, Catalina la Grande, Napoleón y Josefina, la emperatriz "Sissi", el "Rey Sol" de Francia.
En las páginas de "Secretos Cortesanos" el lector puede encontrarse con personajes de lo más curiosos, como el "Caballero de las Heces" de la Corte inglesa, al Papa que escribía novelas eróticas o al que excomulgó al Cometa Halley, a la emperatriz que inventó la montaña rusa, al rey que se creía perro, al emperador que quería ser "emperatriz", a la trágica "Lady Di" del siglo XVIII, a la reina que murió encarcelada por adulterio y al poderoso zar que tenía miedo de dormir solo. Para los interesados en este tipo de historias, un adelanto del libro, que ya se puede conseguir impreso o digital a través de internet: http://www.bubok.com.ar/libros/199589/Secretos-Cortesanos
EL ZAR QUE COLECCIONABA ENANOS
Pedro "el Grande", zar de Rusia, coleccionaba de todo: dientes, lenguas, cadáveres, esqueletos, plantas exóticas y hasta la cabeza de una de sus sirvientes (conservada en formol). Pero su colección más divertida era la de enanos, a los que quería mucho y consideraba muy graciosos. En 1710 quedó tan encantado al enterarse que dos de sus enanos estaban enamorados, que organizó para ellos un gran casamiento, con invitados distinguidos, carruajes de oro y luna de miel en la habitación de Pedro.
LA REINA EXHIBICIONISTA
Luisa Isabel de Orleáns fue una de las reinas más atípicas de España. Grosera, descuidada, maleducada, sus grandes pasatiempos consistían en eructar en los banquetes reales y levantar las faldas de sus invitadas. Se dice que corría por los jardines en camisón buscando que el viento lo levantara y exhibiera su desnudez, y que cuando un noble intentó ayudarla a bajar de un árbol al que había trepado casi desnuda, ella lo acusó de haberla violado.
UN REY TRAVESTI
Enrique III de Francia se rodeaba de una corte compuesta por los jóvenes más bonitos de París. Se los llamaba "los Mignones del Rey" y paseaban con ropas de mujer, pelucas, aros, pulseras. En ocasiones, eran capaces de matar con tal de conseguir los favores, la atención y el amor del rey. El más elegante, por supuesto, era Enrique, que solía vestirse como una muñeca de porcelana, con vestido de seda y diamantes. Fue víctima de una maldición que condenaba a su familia...
GLADIADOR
Cómodo, emperador de Roma, es famoso por la película de Russell Crowe, pero también fue famoso por ser un atrevido gladiador. Se presentaba en el Coliseo desnudo y dispuesto a luchar contra todo: los mejores gladiadores del Imperio Romano y hasta contra animales salvajes. Se hacía llamar "el Vencedor de Mil Gladiadores".
EN BOCA CERRADA...
Adriano IV fue el único hombre inglés de la historia que llegó a ser Papa. Cierto día de mucho calor, se detuvo ante una fuente pública para refrescarse. Mientras tomaba agua, una mosca entró en su boca y quedó atrapada en la garganta. Los médicos, avisados inmediatamente, no pudieron extraerla y el pontífice murió asfixiado.
EL REY DE LAS 7.000 AMANTES
Se cuenta que cada vez que conquistaba una mujer y la llevaba a la cama, el gordo y detestado rey Jorge IV de Inglaterra cortaba un mechón de su cabello y lo colocaba en un sobre con el nombre de la dama, a modo de “trofeo”. Al momento de su muerte, el rey atesoraba 7.000 de estos sobres con los cabellos de 7.000 mujeres.