A fines de febrero pasado se anunciaba el cambio de directores en nueve de los 26 museos nacionales que hay a lo largo de nuestro país y la polémica en torno a las especialidades que debían tener los directores de los distintos espacios culturales no tardó en aparecer.
Por nombrar solo a algunos, Renato López Moreno (abogado) asumía la dirección del Museo y Biblioteca Casa Natal Sarmiento, en la provincia de San Juan; Ana María Almeida (arquitecta) en el Palacio San José y Monumento Histórico Nacional Justo José de Urquiza, en Entre Ríos; al frente de Palais de Glace era nombrada la licenciada en artes María Paula Zingoni, y el licenciado en Ciencia Política, Marcelo Garabedian, ocupaba la dirección del Museo Mitre, ubicado en Buenos Aires.
Desde el área nacional de museos pusieron entonces el acento en que cada uno de los museos nacionales argentinos tiene una especificidad y “no es lo mismo montar una muestra en Buenos Aires que en San Juan. Esta gestión estará orientada a la pluralidad de miradas a los patrimonios y sus vinculaciones”, resumían.
El ejemplo más paradigmático quizás sea el del Museo Mitre, asentado en una casona colonial de 1785 en la que habitó el general Bartolomé Mitre y su familia durante casi cinco décadas y que alberga, entre muchas otras cosas, la Biblioteca Americana, armada y catalogada por el propio Mitre y ejemplares de La Nación (diario fundado por Mitre en 1870).
En este sentido, desde la Dirección Nacional de Museos indicaron que “muchas veces los museólogos no están capacitados para estar al frente de museos como éste porque hay que tener mucho conocimiento sobre historiografía argentina. Para ciertas especificidades se necesita ser historiador del arte o de alguna disciplina en Ciencias. No es lo mismo ser experto en patrimonio que ser museólogo. Entonces, lo que se busca son capacidades que sean funcionales al desafío que presenta determinado patrimonio”.
Mientras tanto en Córdoba, los directores de los museos nacionales con los que cuenta la provincia en el interior, fueron ratificados en sus cargos: el museólogo, archivólogo y profesor en historia del arte Tomás Bondone, al frente de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia, y el historiador y museólogo Carlos Ferreyra, como director de la Estancia de Jesús María - Museo Jesuítico Nacional.
Polo de interés. Desde la administración señalaron que uno de los ejes que se llevará adelante durante 2024 es el trabajo hacia la vinculación de los dos museos jesuíticos cordobeses, el Museo Histórico de la Universidad Nacional de Córdoba (ubicado en la Manzana Jesuítica) y la Manzana de las Luces (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) para convertir estos espacios en un polo de interés.
Presupuesto 2024 y cobro de entradas. Si bien no se conoce el monto con el que contará el área de Museos Nacionales, señalaron escuetamente que el presupuesto para este año será el mismo del año pasado “adecuado por supuesto al 2024, aunque bastante más sobrio”.
Además, indicaron a este medio que están evaluando la implementación del cobro de entrada a los visitantes extranjeros, mientras que menores, estudiantes y jubilados no pagarán entrada.
Museos municipales y provinciales. En Córdoba todos los museos provinciales -excepto el Museo Histórico Provincial Marqués de Sobremonte y el MUMU– cobran entrada, salvo los miércoles, con entrada gratuita.
La entrada general tiene un costo de $600 (menores de 16 años, gratis) y una entrada combinada a $1.200 que contempla la visita al museo Emilio Caraffa, el Palacio Dionisi y el Palacio Ferreyra, tres espacios ubicados en la zona de Plaza España. Además, por grupo familiar de hasta seis personas, el ticket cuesta $1.500.
Por su parte, todos los museos municipales en Córdoba tienen entrada libre y gratuita. “El único que tiene costo es el Museo de Arte Religioso Juan de Tejeda, con una entrada diferenciada para residentes argentinos ($500) y residentes fuera de argentina ($1.000). Además, los jubilados argentinos abonan una entrada de $300, en tanto que los menores de 12 años ingresan gratis.
