“Creo que tomamos sopa dos días seguidos, y para dos minutos de música corté vegetales durante dos semanas”. Quien habla no es un cocinero que cuenta cómo armó una receta para el tradicional plato de invierno, sino el percusionista y timbalista de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires Juan Ignacio Ferreirós, quien ideó cómo hacer para reemplazar aquellos instrumentos que usa y guarda en el Teatro Colón -sede de la orquesta- por tabla de cortar, cuchillo y verduras de estación y poder acompañar así a tres de sus compañeros en una original versión de la Suite N° 1 de Carmen, de Georges Bizet.
“A diferencia de la mayoría de mis colegas, en casa no tengo ninguno de mis instrumentos, porque vivo en 44 m2”, explica. “Todo lo mío queda en el teatro (Colón) y normalmente voy todos los días a estudiar allí. Pero claro, ahora no puedo ni estudiar en casa ni ir al teatro. Así que pensé cómo podía hacer para sumarme a la propuesta del ciclo Músicos desde Casa, que varios de los integrantes de la orquesta están llevando adelante (N. de R. y que forma parte del ciclo Cultura en Casa, que el ministerio porteño ofrece desde que comenzó el aislamiento social y obligatorio)”, cuenta Ferreirós.
El músico da clases por Zoom, una herramienta que “hace cuatro meses, no sabía ni que existía”, y su pareja es fotógrafa. Aprovechando la virtualidad y las habilidades profesionales de su compañera, Ferreirós pensó cómo aprovechar su otra gran pasión, la cocina, e incorporarla a su vida como músico: “Más allá de los instrumentos tradicionales que toco en la orquesta, suelo prestar atención a los sonidos que me rodean, y paso mucho tiempo cocinando, porque disfruto de hacerlo como terapia, y me encanta comer”, dice.
Así, buscando "cómo hacer para diferenciarnos de los miles de videos de cientos de orquestas talentosas en todo el mundo, que muestran músicos tocando en sus casas”, y con la premisa que la dirección del Colón plantea de “acercar el Teatro y sus contenidos a más público”, Ferreirós encontró que la Suite N° 1 de Carmen, de Bizet, era ideal para adaptarse a su tabla de picar apio, cebollas, perejil, zapallo y otros vegetales de estación.
“Encontré esa pieza, que tiene un orgánico de orquesta un poco más grande, y la reduje a fagot, flauta y clarinete. Y lo que tocan otros instrumentos se lo transcribí para esos tres. La parte de percusión la reemplacé en la cocina. Busqué divertirnos, tratando de hacer algo de música que se puede lograr con cosas que tenemos a mano todos los días”, cuenta el percusionista. Después de probar cómo modificar la partitura para poder agregar sus partes, llamó a la flautista Ana Rosa Rodríguez, al clarinetista Eloy Fernández Rojas y el fagotista Daniel La Rocca. “Vamos a cocinar una sopa y tocar Bizet, pero te vas a tener que filmar en la cocina”, le dijo a cada uno. Tras la sorpresa inicial, todos se entusiasmaron.
“Filmarse fue difícil: lo complejo de la percusión no se puede hacer en tiempo real. Hice muchas tomas distintas, con la ayuda de mi mujer. Pero para la parte musical me pasé varias noches de sábados y domingos después de la medianoche cortando verdura. Cada vez que ella salía le decía ‘traeme un apio, una cebolla de verdeo’”, ríe. El sonido lo generó grabando cortes y mandó sus tomas sueltas al editor de video, que compiló el trabajo de dos semanas en poco más de dos minutos. Sus compañeros grabaron sus partes de corrido y sincronizaron todo. El resultado se puede disfrutar en las redes de Músicos desde Casa. Y esperar por más ideas que cocinen Ferreirós y sus colegas. “La idea es que esto crezca”, agrega.
CFE / DS