En el Suplemento Cultura de Diario PERFIL, ofrecemos cada semana "Narcolepsia - Coordenadas para una aproximación a la poesía", y el texto elegido de este domingo 18 de abril es Rimbaud con autoretrato, del canadiense Leonard Cohen (1934-2016):
Si eres joven
y resulta que
no eres Arthur Rimbaud,
preferiríamos
no saber nada de vos
y si resulta
que eres Arthur Rimbaud,
definitivamente
no querríamos
saber nada de vos
Pacto de silencio
Leonard Cohen (1934 en Montreal, Quebec, Canadá – 2016, L.A., California, EE. UU.), fue un cantautor, poeta y novelista canadiense. Ya establecido como poeta y novelista (su primer libro de poemas, Let Us Compare Mythologies, se publicó en 1956), Cohen se interesó en la escena folclórica de Greenwich Village mientras vivía en la ciudad de Nueva York a mediados de la década de 1960, y comenzó a acompañar sus poemas con música. En 1967 Judy Collins grabó dos de sus canciones, Suzanne y Dress Rehearsal Rag, y ese mismo año Cohen comenzó a actuar en público. A finales del mismo año, había grabado The Songs of Leonard Cohen, que incluía el melancólico Hey, That’s No Way to Say Goodbye. A ese álbum le siguieron Songs from a Room (1969), que incluye la canción Bird on a Wire, y Songs of Love and Hate (1971).
Desde sus tempranos poemas, y mucho antes de llegar a la fama por medio de sus canciones, son dos las constantes preocupaciones que aparecen en la obra del compositor: la búsqueda de su propia identidad y la búsqueda de su propia libertad.
Estas dos cosas se fusionan y multiplican, por ejemplo, en muchos de sus versos: “Me gustaría leer / uno de los poemas / que me llevaron a la poesía / No logro recordar un solo verso / Ni sé dónde buscar”; “Si otros tratan de escribir esto / muerte a ellos / muerte a cualquiera / que rompa el sello de este poema / en el que me visto de negro // y bendiga a tus ojos / que huyen de esta página / Saca al hombre de ojos verdes / de su furia y su misera”. Aunque Cohen, sin lugar a duda, no hubiera estado de acuerdo en abreviar su propio trabajo y experiencia.
No podría decirse, sin embargo, que Cohen intente ocultar sus sentimientos y sus opiniones más íntimas. Todo lo contrario. Más bien se niega a rebajar el sentido de su trabajo en la estéril sombra del sentido: “Simplemente no puedo, no puedo decir nada aparte del poema en sí. Todo lo que he pensado sobre el tema está ahí y creo que el lenguaje es el apropiado. No me gustaría... No me gustaría hacer un comentario”.
Probablemente, y salvo que un trabajo y esfuerzo mantenga algo del espíritu original, un libro de poesía traducido al “español” no le pueda hacer justicia a sus versos. Leonard Cohen es Bíblico. Sus letras son mesiánicas, están escritas en el lenguaje de los libros sagrados: “And fastened here, surrendered to / My Lover and My Lover, / We spread and drown as lilies do- / forever and forever”.