El 11 de diciembre, el santoral católico celebra a San Dámaso I, papa entre 366 y 384, reconocido por su labor en la organización de la Iglesia primitiva y la promoción del culto a los mártires. Fuentes en inglés e italiano lo presentan como un líder firme que ayudó a consolidar la identidad cristiana tras décadas de disputas doctrinales.
San Dámaso I: el papa que recuperó la memoria de los primeros mártires
Nacido en Roma a inicios del siglo IV, Dámaso se formó en un ambiente marcado por persecuciones recientes y tensiones teológicas. Según la Catholic Encyclopedia en inglés, su elección como papa ocurrió en un momento de conflictos internos, que él afrontó con firmeza para mantener la unidad eclesial en torno al Credo de Nicea.
Una de sus contribuciones más destacadas, citada en fuentes italianas del Santi e Beati, fue la restauración de las catacumbas romanas. Mandó señalizar, proteger y embellecer los sepulcros de los mártires, escribiendo inscripciones poéticas en latín que exaltaban su testimonio. Gracias a él, muchos sitios sagrados fueron redescubiertos y preservados.
Santa Bibiana, la mártir romana que resistió la persecución con una fe inquebrantable
Durante su pontificado defendió la ortodoxia frente a corrientes heréticas como el arrianismo y el macedonianismo. Las fuentes en inglés de Butler’s Lives of the Saints señalan que Dámaso trabajó activamente para fortalecer la autoridad episcopal y garantizar que la doctrina nicena prevaleciera en todo el Imperio, en estrecha colaboración con figuras como San Ambrosio.
Uno de sus logros más influyentes fue impulsar la traducción de la Biblia al latín, obra realizada por San Jerónimo. Según estudios anglófonos, Dámaso encargó esta revisión para unificar los textos bíblicos dispersos, lo que dio origen a la Vulgata, que sería la Biblia oficial de Occidente durante más de mil años.
San Melquisedec: el sacerdote y rey bíblico que inspira el santoral del 10 de diciembre
San Dámaso también promovió la liturgia romana, consolidando prácticas que dieron forma al rito latino. Oraciones antiguas en inglés lo recuerdan como intercesor para pedir fidelidad, claridad doctrinal y amor por la Sagrada Escritura: “Through Saint Damasus, grant us zeal for truth and reverence for Your word.”
Además de San Dámaso, el 11 de diciembre se recuerdan a santos como Santa María Maravillas de Jesús y San Daniel el Estilita. En la misma semana se conmemoran también figuras centrales como San Juan Diego, Melquisedec y la Inmaculada Concepción, conformando un ciclo rico en historia y símbolos espirituales.
En la Ciudad de Buenos Aires, la memoria de San Dámaso puede evocarse en la Basílica de San Carlos y María Auxiliadora (Almagro), un templo que conserva la tradición de venerar a los primeros papas y mártires, y que suele recibir fieles que rezan por unidad y fidelidad en la Iglesia.