Memoria y biblioteca son los senderos de los escritores argentinos en el combo conjetural de Borges y Arlt. Hernán Ronsino, en quince catas, notas de campo y manifiestos de Antes de leer, navega las aguas, en su médula de existencialismo y surrealismo rastrojero y rioplatense, que antes supieron remar Saer, Wernicke, Piglia, Onetti y Aira. Algunos mencionados, otros que sobrevuelan a vuelo de moscardón en artículos, conferencias y ensayos, muchos inéditos en el país, que orbitan en la galaxia macedoniana. Más que enorgullecerse de los libros que ha leído, en palabras de Macedonio, la faena del lector venturoso en Ronsino es “hacer retroceder a las palabras hasta la esfera irracional donde se gestaron”.
“Creo que un lector se construye como lector antes de tener un libro en las manos. Primero está la mirada. Para leer hay que tener una mirada voraz, una mirada que esté incómoda con la realidad. Tengo la sospecha de que no me formé como lector en las bibliotecas, tampoco en la escuela, creo que me informe como lector, por ejemplo en los clubes que frecuenté”, arranca montado a pelo el escritor que patentó la zona Chivilcoy en la literatura argentina, que tiene tanto de alegría como arma y consuelo. Traducido en varios idiomas, premiado por Konex y en la Feria del Libro 2023 por su última novela, Una música, Ronsino recala en el recuerdo de lector de provincias en “Un escritor en bicicleta”, pegado al alambre de la canchita, o narra la increíble presencia en el pago chico de “La poeta imaginaria”, el caso José Balbastro de Jorge Dorio y Martín Caparrós llevado a las tardes escritas en las memorias de la pampa húmeda. Entremedio textos más programáticos, “La teoría del conflicto central”, que fagocitadas las herejías de Raúl Ruiz anticipándose a la narrativa Netflix, utilitaria y algorítmica, animan una lectura inscripta en la imprevisión del goce, en la dialéctica y dialógica plural del deseo. Teoría y práctica en el autor de La descomposición puestas en aquel cuento de Caballo de verano, en que dos niños escriben sus crónicas antes que las tormentas los sepulten, y se preguntan “¿A qué huele Cachila?”.
Los tiempos y desplazamientos, el continúo entre ensayo y ficción que explora la narrativa de Ronsino, un atento lector en eso de Ezequiel Martínez Estrada y de Walter Benjamin, ambos maestros de las pasajes entre literatura y realidad, reaparecen en “Una lengua en tránsito”, el diario adolescente reencontrado de la madre. Y “escribir es habitar una lengua en tránsito”, reafirma el escritor, docente y sociólogo del reciente Vida y obra de algunas nubes (Editorial Limonero), con las ilustraciones de Christian Montenegro.
El libro-conversación de Hernán Ronsino pone al alcance de las manos nuevas formas de poblar la narración, bajo el mandato borgeano de que la única forma de respetar la tradición, y las opresiones del presente, es desalambrando.
Antes de leer
Autor: Hernán Ronsino
Género: ensayo
Otras obras del autor: Una música; Glaxo; Caballo de verano; Notas de campo; Lumbre; La descomposición; Cameron
Editorial: Ediciones Bonaerenses, descarga gratuita en https://edicionesbonaerenses.sg.gba.gob.ar/libro/antes-de-leer/