Argentina, jugando como local en el polideportivo Islas Malvinas, se quedó sin la Copa Davis al perder en la final ante España por 3-1. En el cuarto punto, el español Fernando Verdasco le ganó al misionero José Acasuso por 6-3, 6-7 (3-7), 4-6, 6-3 y 6-1 en un partido que duró poco más de cuatro horas de juego.
España arrancó con el pie derecho el primer partido del domingo. Verdasco, finalmente y no Ferrer, se llevó el primer set por 6-3 y el sueño de lograr la primera Davis comenzaba a marchitarse para el equipo nacional.
El español logró la ventaja en el sexto juego cuando con una ventaja de 40-0 logró quebrar el servicio del misionero, tras lo cual mantuvo su saque y se llevó el set en 35 minutos.
El segundo set fue otra cosa. Allí, Acasuso emparejó el partido al ganar el segundo set por 7-6, con un tie break por 7-3, tras un parcial de una hora y cuatro minutos.
En el tercer set, Argentina comenzó a ilusionarse y la esperanza de dar vuelta la serie estaba cada vez más cerca. El misionero ganaba por 6-4 y levantaba su nivel de juego.
Acasuso necesitaba de un set más para igualar la serie 2-2 y allanar la definición al choque entre David Nalbandian y el español Feliciano López.
Sin embargo, Verdasco se volvió a meter en el partido llevándose el cuarto set por 6-3 en 45 minutos de juego. El cuarto punto se definía en un quinto set, no apto para cardíacos.
El quinto set fue la debacle para Acasuso y también para Argentina. El misionero comenzó perdiendo el saque dos veces seguidas, dejando el marcador en 3-0. Luego, con el marcador 5-1 y el saque, Acasuso volvió a perder su saque, dándole el punto a España y la obtención de una nueva Copa Davis. La tercera en su historia.
El equipo español celebró junto a unos 500 compatriotas que llegaron hasta Mar del Plata. Terminado el partido, Acasuso explotó en llanto y fue consolado por el capitán Alberto Mancini y sus compañeros.
El público argentino, que alentó a los locales, despidió con un aplauso a los españoles cuando el capitán Emilio Sánchez Vicario levantó respetuosamente las manos hacia las tribunas.
Fuente: DyN