El peor Racing de los últimos tiempos hasta acá contó con la complicidad del castigo hacia los hinchas: en ningún partido del torneo local contó con público. Prohibidos de visitante y proscriptos de local por aquel velorio simulado por el descenso de Independiente, Racing no tiene testigos. Sus hinchas tienen que limitarse a verlo por televisión, con la tentación del zapping explotándole en las manos. Ischia también tuvo que acomodarse en el sillón para tener detalles de un equipo con la confianza rota. Antes del cierre del primer tiempo, hubo una señal clara. All Boys ya ganaba y Racing no tenía el control del partido ni el cuerpo puesto en ataque. En el mejor de los casos, se movía por inercia. Bruno Zuculini la jugó hacia atrás. Buscó a Saja, apurado, y la pelota terminó en el córner; el arquero no pudo frenar con el pie ese pase nervioso. Uno que habla cabalmente de Racing.
Caída libre. Las desgracias caen sobre Racing en dosis grandes y, también, en grajeas. El gol de Battión es una muestra. El volante tomó una pelota suelta –previamente hubo off side de Colazo no cobrado– y desde afuera del área marcó la diferencia. Hacía un año y medio que no pasaba lo de anoche. Por entonces, Battión había convertido su último gol. Fue con la camiseta de Independiente.
El volante fue el tiempista de un All Boys que nunca parece estar apurado. Racing, en cambio, era pura histeria. En un buen contragolpe, Hauche tenía opciones pero decidió patear al arco. Después, los reproches. Los futbolistas no encuentran socios y el plan de juego es una cuenta pendiente, que Radaelli no era el encargado de saldar. Apenas la acción cosmética de sacar a De Paul y Vietto agitaron la crítica pero no trajo soluciones. En efecto, los dos juveniles entraron en el segundo tiempo y Racing, al menos, ganó movilidad. El volante intentó romper el cerrojo con remates que, a diferencia del gol a Tigre, no tuvieron buen final. Cambiasso tuvo que estirarse para desviar uno de los tiros. En ese intento se encajó Racing.
En el equipo de mala racha y confundido, ayer apenas se destacó Saja. El concepto es repetido: rendimiento flojo, arquero seguro. De todas maneras, All Boys se puso en ventaja y después mantuvo el orden y el resultado. Matos pudo aumentar, pero no hizo falta. Racing era inofensivo y nunca dio señales de ponerse en modo on en el partido. Si algún hincha de la Academia resistió hasta el final sin cambiar de canal merece un premio. La grilla era tenetadora, cualquiera fuera la temática. A Ischia, en cambio, no le quedaba otra. Tenía que ver con sus ojos qué tan mal juega Racing.