Los barrabravas argentinos revenden entradas en el Mundial de Sudáfrica 2010, pero no son los únicos. Existe un mercado paralelo de tickets que no distingue nacionalidades ni continentes: argentinos, mexicanos, sudafricanos, ingleses, italianos, y así sucesivamente, revenden entradas, ya sea en las inmediaciones de los estadios horas antes de los partidos, como también en los principales comercios de Johannesburgo, centro neurálgico del campeonato por ser la ciudad que más selecciones aloja en esta copa del mundo.
Incluso en la puerta de los centros de venta oficiales que la FIFA tiene distribuidos en Johannesburgo hay revendedores que sacan a los hinchas de las filas para intercambiar sus entradas por algunos cientos de dólares. En Laico Isle, uno de los lugares más concurridos debido a su ubicación (está a dos cuadras del shopping Mandela Square, en el barrio de Sandton), todos los díashay decenas de personas con tickets a la venta. "Want a ticket [querés un ticket]", le dijo uno a este enviado cuando caminaba por el lugar.
Desde temprano el ejército de revendedores va de Laico Isle a Mandela Square, ida y vuelta, buscando hinchas desesperados por un ticket. A plena luz del día, más allá de que la reventa de tickets esté penada en Sudáfrica, los revendedores entran en acción.
Como puede verse en la foto que ilustra esta nota, hasta los bares y restaurantes son escenario de este tipo de transacciones. En la imagen, una pareja de ingleses le compran a un revendedor un par de entradas a dos mil rands (1000 pesos argentinos cada una). El personaje cuenta el dinero en la mesa, a la vista de todo el mundo, y asegura: "Cuando estén festejando se van a acordar de mí y me van a agradecer". Luego se levanta y se reune en la mesa con otros de sus "colegas" a contar detalles de la operación.
(*) Enviado especial de Perfil.com.
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