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Anlisis

Cristian Fabbiani: un ídolo demasiado inflado

Con varios kilos de más, el nuevo delantero de River vive un éxito por demás repentino. Qué hay realmente detrás de ello. Galería de imágenes. Galería de fotos

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| CeDOC

Sólo dos partidos parecen haber bastado a Cristian Fabbiani para convertirse en nuevo ídolo de River. Tras ser figura ante Nacional de Paraguay y Rosario Central, el obeso delantero paladea las mieles de un reconocimiento que a futbolistas muy superiores -por caso, Enzo Francescoli- les costó muchísimo más saborear. Pero, ¿es realmente para tanto? ¿Qué se esconde detrás de tan repentino suceso? ¿Mostró Fabbiani condiciones como para ser un ídolo riverplatense?

Por lo pronto, está claro que semejante situación no hubiera sido posible de no haber sido precedida la llegada del Ogro a River por lo que, sin dudas, fue "el" culebrón futbolístico del verano, y especialmente por las declaraciones y la terquedad con que el jugador mostró su deseo de jugar sí o sí en el club del que dice ser hincha fanático. Sin embargo, ese es sólo uno de los motivos extrafutbolísticos -o no inherentes a su capacidad técnica- que generaron la idolatría en cuestión.

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Para entender este fenómeno, efectivamente, es necesario comprender primero la gran urgencia que, luego de cumplir la peor campaña de su centenaria historia, River tiene hoy por encontrar un nuevo líder o referente que le permita resurgir. Y también, la necesidad de ayudarlo en esa tarea que cierta prensa demuestra, en otro signo más de estos tiempos en los que el marketing parece capaz de todo para muchos.

Si a esa pésima actuación del club de Núñez en el último Apertura se le suma el sonado affaire farandulesco entre Fabbiani y la ¿modelo? Amalia Granata por la tenencia de Uma, la hija de ambos, se entenderá en definitiva por qué varios medios potenciaron hasta el límite de lo imaginable en los últimos tiempos la exposición pública de Fabbiani, haciendo hablar sobre él hasta a mujeres a las que el fútbol no les interesa en lo más mínimo.

Más allá de artificios mediáticos, no obstante, Fabbiani ha demostrado tener algo muy importante para conquistar a los hinchas de River. Y es esa desfachatez que ya mostrara desairando como, con tal de lucir la banda roja, desairó a Newell's (el club donde jugó el campeonato pasado) y a Vélez (adonde parecía iba a jugar este año). La misma irreverencia que hoy demuestra para sobreponerse a sus kilos de más y a los insultos que por tal motivo le propinan las tribunas rivales.

Personalidad: he allí la clave no sólo de esta repentina idolatría, sino también del curioso "Efecto Fabbiani" que River parece haber experimentado en sus últimos dos partidos, resucitando como lo hizo gracias al ingreso del gordo delantero desde el banco de suplentes y, más precisamente, al ánimo que él supo insuflar a sus compañeros con su voluntad para ir al frente, arrear rivales a pura potencia y hasta hacer un gol como ante Central en Rosario.

Ese mismo temperamento que desde siempre lo caracteriza puede, no obstante, convertirse en un arma de doble filo para Fabbiani y para River, como ya lo fuera haciendo acreedor al Ogro de innumerables expulsiones durante su paso por Lanús. Hoy, luego de sus pasos por el Cluj de Rumania y Newell's, esa fiera interior del atacante parece haberse calmado un poco. Sin embargo, en cualquier momento puede despertarse nuevamente.

Para poder ser en serio ídolo de River, en definitiva, Fabbiani deberá mostrar mucho más fútbol además de esos aires ganadores que por ahora parece transmitir al equipo. Y para ello, por supuesto, tendrá que bajar de peso , como el club pretende que lo haga a través de un multidisciplinario tratamiento. De lo contrario, su historia en el club será la de una simple "golondrina de verano". O bien, la de un ídolo demasiado inflado.

 (*) Redactor de Perfil.com