La tragedia ocurrida el domingo en el estadio Fonte Nova de Salvador, donde 7 hinchas murieron tras desplomarse parte de la tribuna, puso en cuestión la urgente necesidad de reformas en las instalaciones deportivas brasileñas de cara al Mundial 2014.
En Brasil, el 95 por ciento de los estadios requieren mejoras y el 80 por ciento están necesitando reparaciones estructurales, revela el estudio del Sindicato Nacional de Empresas de Arquitectura e Ingeniería (Sinaenco), que evaluó 29 instalaciones de todo el país.
El estudio, cuyos números fueron revelados hoy, concluye que el 30 por ciento de los estadios presentan arquitectura con "aspecto agresivo", por ejemplo con inseguras rejas acabadas en punta para separar a las hinchadas.
El 95 por ciento de los estadios brasileños tienen baños en "estado pésimo", el 85 por ciento vestuarios inadecuados, el 82 por ciento no tiene asientos concordantes a las exigencias de la FIFA y el 60 por ciento presentan puntos ciegos, es decir, donde la visibilidad está comprometida.
La elección de Brasil como sede de la Copa del Mundo de 2014 levantó en ese país la brutal competencia de sus ambiciosos estados por acoger los partidos pero, al mismo tiempo, puso en evidencia las necesidades de reformas que tienen los estadios en ese país.
" Lamentablemente, hemos tenido una tragedia que ha anticipado ese problema" del estado de los estadios de Brasil, dijo el presidente del Sinaenco, José Roberto Bernasconi.
El último domingo, el hundimiento de una parte de la tribuna superior del estadio Fonte Nova de Salvador provocó la muerte de siete hinchas y decenas de heridos. Ese estadio había sido considerado por el Sinaenco como el peor de Brasil.
" La falta de mantenimiento es un problema más o menos constante" en los estadios brasileños, afirmó Bernasconi. De ese problema se salvan apenas algunos de los grandes estadios considerados en buen estado, como el Morumbí (Sao Paulo), Maracaná y Joao Havelange (Rio de Janeiro), Arena da Baixada (Curitiba) y el Mangueirao (Belén).
Para el Sinaenco, el problema tiene solución: " Brasil tiene siete años antes del Mundial de 2014 para adecuar sus estadios, tiempo suficiente para reformar y construir los que haga falta".
Fuente: AFP