DEPORTES
de presidente de independiente a youtuber

Ducatenzeiler, el polémico exdirigente que se reconvirtió en un personaje mediático

La aparición de Andrés Ducatenzeiler en “El loco y el cuerdo”, el ciclo que se emite por YouTube, terminó de reconfigurarlo en un personaje mediático que puede opinar de todo y condimentar sus intervenciones con ocurrencias disparatadas. “Se adueñaba de nuestras historias y las contaba como propias”, recuerda un excompañero de la barra de Independiente. “Su presidencia fue el principio del fin”, comenta un exdirigente del Rojo.

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Loco y cuerdo. Con Azzaro, Ducatenzeiler logra que 20 mil personas lo miren en vivo a la madrugada. Las visualizaciones suman cientos de miles. | cedoc

El tipo recorre programas de tele para desparramar histrionismo, contar historias flojas de papeles y opinar sobre todo lo opinable. Es uno de esos personajes que dan rating y garantizan la viralización en redes. El invitado perfecto. No importa demasiado si lo que dice califica apenas como verosímil. Rinde, y eso es suficiente. Así fue como a fuerza de carisma, ocurrencias y disparates lanzados con énfasis, Andrés Ducatenzeiler se convirtió en la revelación mediática de los últimos tiempos. Pasaron veinte años desde que renunció a la presidencia de Independiente después de una gestión que con buena voluntad se podría calificar como polémica. Y hoy, frente a una cámara, encontró su mejor versión.

El principio del fin. Antes, mucho antes de convertirse en el popular Duka o @presi.duka, Andrés fatigó la popular de Independiente como barra. En realidad, integraba La Banda de los Narigones, que era un grupo alternativo que tenía buen vínculo con el Gallego, el legendario jefe de la barra auténtica. Desde ese tiempo el joven Andrés ya exhibía algunas características que hoy identifican al personaje mediático. “Se adueñaba de historias que no había vivido, historias que compartían otros muchachos, él después las contaba como propias y les agregaba un plus novelesco. Eso lo caracterizó siempre”, comenta el periodista Damián Rojo, excompañero de Ducatenzeiler en La Banda de los Narigones.

Y ahí andaba, de tribuna en tribuna, cuando al presidente del Rojo, Héctor Grondona, se le ocurrió presentar en Independiente un proyecto de gerenciamiento impulsado por el exministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi. Era a finales de los 90, la década privatista. Fue el disparador para que Andrés se involucrara en la política interna del club. Ahí arrancó su carrera política. Y la decadencia de Independiente.

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Cada vez que habla de su gestión en el Rojo, Duka repite dos eslóganes: fue el último presidente campeón y el único que en los últimos veinte años no recibió cartas documento ni estuvo involucrado en causas judiciales. Una síntesis arbitraria, claro. “Es el Silvia Süller del fútbol –define Damián Rojo–. Cuando habla de otros dice verdades, pero sobre su propia gestión cuenta lo que quiere”.

Es cierto que el último torneo local que ganó Independiente fue en 2002, cuando Ducatenzeiler como Secretario General armó un equipazo con el apoyo externo del empresario Daniel Grinbank. Arrancó la temporada con riesgo de descender y terminó campeón. Esa campaña llevó a Duka a la presidencia: arrasó en las urnas el día del empate ante Boca con gol de Lucas Pusineri. En la fecha siguiente el Rojo dio la vuelta olímpica en cancha de San Lorenzo. Con apenas una semana en el sillón presidencial, Duka levantaba un trofeo.

Lo que siguió es lo que Ducatenzeiler suele evitar. En los cinco torneos siguientes Independiente salió 17º, 14º, 13º, 15º y 14º.  Fueron 873 días de presidencia, en los que el Rojo disputó 96 partidos oficiales, con 26 victorias, 32 empates y 38 derrotas. ¿Qué pasó con Racing? Lo mismo: de cinco clásicos Independiente sólo pudo ganar uno. Semejante despropósito se refleja también en los entrenadores. En tres años desfilaron siete: José Omar Pastoriza, Oscar Ruggeri, Daniel Bertoni, Américo Gallego, Chiche Sosa, César Luis Menotti y Pedro Monzón.

Nada de eso podía terminar bien: el 15 de abril de 2005, cuando todavía le quedaban ocho meses de gestión, Ducatenzeiler presentó la renuncia y le entregó el club a Julio Comparada, que con otro estilo colaboró con la debacle del club.

Ahora, sin poder ir a la cancha ni participar de manera visible en la vida política del club, Duka encontró en Youtube un lugar donde exponer su verborragia. Y sin límites. Junto a Flavio Azzaro son capaces de hacer una emisión de “El loco y el cuerdo” que dure seis horas, tiempo suficiente para que Ducatenzeiler tire bombas improbables, denuncie a los que manejan el negocio del fútbol, se levante para ir al baño, vuelva, se victimice, insulte a un periodista de una cadena de cable, coma dos empanadas, cuente como estafó al dueño de una concesionaria de autos cuando era presidente de Independiente, le declare su amor a una modelo y todo siga como si acá no hubiera pasado nada.

El personaje es irresistible. El invitado perfecto a un asado de amigos con ganas de reírse. Siempre y cuando ninguno de esos amigos sea hincha de Independiente.